60 Años de la Toma del Frigorífico Lisandro de la Torre.

Publicado: 16 ene 2019
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Al cumplirse 60 años de la histórica toma del Frigorífico Lisandro de la Torre y el nacimiento a la masividad popular de la consigna «PATRIA SI, COLONIA NO», nos pareció oportuno esta vez llevar la visión de dos investigadoras que nos describen esa época convulsionada post-derrocamiento del General Perón.
«La toma del Frigorífico Lisandro de la Torre por parte de sus 9.000 trabajadores, marcaría el inicio del viraje profundo en la relación del gobierno de Frondizi con la clase obrera.
Nacionalizado con Perón, el Frigorífico Lisandro de la Torre estaba ubicado -y estrechamente relacionado- con el barrio obrero de Mataderos.
Tal como plantea el escritor Ernesto Salas: «Barrio y frigorífico eran la misma cosa, la vecindad se confundió con la relación en el trabajo, muchos obreros y muchos vecinos estaban emparentados. El barrio vivía del frigorífico»
Propiedad de la Municipalidad de Buenos Aires, ya había pesado sobre el frigorífico la amenaza de privatización durante la presidencia provisional del Gral. Aramburu.
Este había abandonado la iniciativa, que sería retomada por Frondizi en pos de ganarse la aceptación del Fondo Monetario Internacional. Necesitado de sus créditos, y aunque el organismo no se lo solicitara explícitamente, Frondizi creyó entrever que el FMI vería con buenos ojos una medida como esta, que implicaba la reducción drástica de personal estatal.
Sabiendo la reacción que le esperaba de la combativa militancia peronista, intentó justificar su actitud.
Los sucesos que rodean a la toma del mencionado Frigorífico, comenzarán el 13 de enero cuando el Poder Ejecutivo Nacional envía el proyecto de la nueva Ley de Carnes al Congreso. Su primer artículo imponía el pase del Frigorífico a manos privadas.
Comienzan a inquietarse los ánimos y muchos obreros se reúnen en asamblea en la Plaza del Congreso. Llevan carteles con la leyenda: “Argentina si, extranjeros no», «La carne es argentina». Allí reunidos, deciden redactar un petitorio que elevan a los legisladores sin éxito: la ley se aprueba ese mismo día y se dirige al Senado.
Al día siguiente, la Ley recibe la aprobación del Senado, necesaria para su promulgación. Frondizi promete a los obreros del frigorífico que mantendrá una conversación con sus delegados y así lo comunica a Sebastián Borro.
Sin esperar este encuentro, los obreros deciden tomar el frigorífico. La toma se inicia a la madrugada del viernes 16 de enero. La adhesión es altísima: entre 7.000 y 9.000 obreros ocupan el frigorífico.
Los vecinos del Barrio de Mataderos -estrechamente ligados a la actividad del mercado de hacienda y frigorífico Lisandro de la Torre- se solidarizan inmediatamente. Las fábricas y comercios del Barrio de Mataderos cierran sus puertas. Así también los hacen los comercios de Villa Luro, Villa Lugano y Liniers.
El gobierno niega tal nivel de adhesión. Afirma que los comercios de la zona han cerrado luego de recibir amenazas y no difunde la cantidad de obreros al interior del frigorífico. Sin embargo, tanto en documentales de la época como en periódicos oficialistas, no se evita mostrar negocios cerrados, calles vacías y barricadas realizadas en los barrios por los vecinos y adherentes.
El sábado 17 de enero a las 4 de la madrugada la Gendarmería Nacional, la Policía Federal y la Infantería se presentarían en el lugar. Habían transcurrido menos de 24 horas del inicio de la toma. Doce horas serian suficientes para dejarla totalmente acéfala. Mientras los gendarmes vigilaban el mercado de hacienda, la Policía Federal rodeó el frigorífico y el matadero junto con la Policía montada y efectivos de Infantería. «Cuatro tanques sherman y un semioruga»  ingresarían al edificio.
Los periódicos oficialistas no reconocieron bajas pero si señalaron una violencia en cierta medida injustificada.  Frondizi intentaría despegarse del accionar de las Fuerzas Armadas. Así, junto a una foto de un tanque derribando el portón de entrada del frigorífico se leería: “un tanque derriba la puerta de acceso: no se justificó la violencia»
En el gobierno, la toma y su resolución marcarán el inicio de una nueva relación -mas estrecha entre gobierno y Fuerzas Armadas. La influencia de estas ultimas se hará sentir en el abandono del integracionismo, la renuncia de Frigerio y sus colaboradores y la entrada de Álvaro Alsogaray como Ministro de Economía. Optando por tendencias duras en lo que a represión del conflicto obrero hace, el gobierno mostrará desde enero de 1959, la capacidad del estado de combinar diversos modos de represión: no solamente legales -dentro del margen abierto en la posibilidad de intervenir en las elecciones y determinar la personería jurídica de las organizaciones obreras- sino también mediante instrumentos más drásticos -uso directo de las fuerzas de choque, tal como lo realiza en los hechos que analizamos.
Dicha toma, lejos de poder ser entendida como un suceso más dentro de un país convulsionado por el derrocamiento de Perón y la siempre latente intervención de las FFAA, es un acontecimiento político, en tanto implicará cambios en las estrategias, y por lo tanto en el entrelazamiento, de los diferentes actores. El gobierno pasará de una actitud conciliadora para con el sindicalismo peronista a otra de tipo confrontativa.»
Fuente: LLANPART GOBBI, Flavia – MOLINARI, Lucrecia