65 Años del Día de la Resistencia Peronista.

Publicado: 09 jun 2021
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El 9 de junio de 1956 se produce un levantamiento peronista cívico-militar conducido por el general Juan José Valle con el fin de derrocar a la dictadura autodenominada Revolución Libertadora.
El levantamiento integra el proceso más amplio conocido como la Resistencia peronista.
Fue rápidamente derrotado, con escasos enfrentamientos armados inicialmente en los que murieron cinco militares y asesinados varios civiles y militares mas posteriormente.

El general Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Rojas (presidente y vice de la Dictadura)), sabían de la conjura, aunque no el día y la hora en que se produciría el levantamiento, pero habían decidido no abortarla.

En la noche del 8 de junio, fueron apresados cientos de dirigentes gremiales para restar base social al movimiento.

Cuando Aramburu viajó ese día a la provincia de Santa Fe dejó el Decreto 10.362 de Ley Marcial, y preparados los Decretos 10.363/56, de pena de muerte, y el 10.364 de las personas a fusilar. Los decretos eran correlativos y se publicaron así en el Boletín Oficial con posterioridad.

Los «sublevados» habían previsto leer la «proclama revolucionaria», a las 23.00 horas del 9 de junio.

La instrucción a los insurrectos para lanzarse a la acción debía ser propalada interfiriendo la transmisión radial de una pelea de box por el título sudamericano de los medianos entre el argentino Eduardo Lausse y el chileno Humberto Loayza, a celebrarse en el Luna Park de Buenos Aires.

El manifiesto llamaba a elecciones a la brevedad posible y exigía la preservación del patrimonio nacional.

El equipo de Valle estuvo comandado por el coronel José Irigoyen, el capitán Costales y varios civiles. A las 22:00, la radio se instaló en la Escuela Técnica Nº 3 Salvador Debenedetti, en Avellaneda. Pero a las 22:30, un comando del gobierno los arrestó a todos. La proclama solo se escuchó en la provincia de La Pampa, donde actuaba el coronel Adolfo Philippeaux.

Otros lugares de la alzada eran Campo de Mayo, sublevado por los coroneles Ricardo Ibazeta y Alcibíades Eduardo Cortínes; el Regimiento II de Palermo, por el sargento Isauro Costa; la Escuela de Mecánica del Ejército, por el mayor Hugo Quiroga; el Regimiento 7 de la Plata, por Cogorno; el grupo de civiles, entre otros, operando en Florida, en la calle Hipólito Yrigoyen 4519, donde se reunieron los Lizaso, Carranza, Garibotti, Brión y Rodríguez y Troxler, entre otros. Además, hubo civiles armados y militares que intentaron sublevarse en Santa Fe, Rosario (tomaron por varias horas el Regimiento), Rafaela y Viedma. Excepto en La Pampa, la mayoría de los jefes de la sublevación fueron apresados. Ante el fracaso del levantamiento, el general Tanco se dirigió a Berisso y debió huir y esconderse. Mientras el general Valle se ocultó en Buenos Aires, en la casa del político mendocino amigo, Adolfo Gabrielli, ante la certeza de que el movimiento había sido delatado y fracasado.

Esa misma noche se llevó a cabo lo que más tarde Rodolfo Walsh bautizó en su libro homónimo como Operación Masacre con los fusilamientos de José León Suárez, realizados de manera clandestina contra doce civiles peronistas en la localidad con ese nombre.
Como resultado en el basural de esa localidad quedan cinco muertos -Mario Brión, Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Carlos Lizaso y Vicente Rodríguez- y hubo siete que sobrevivieron a la masacre: Miguel A. Giunta, Juan C. Livraga, Reinaldo Benavidez, Horacio Di Chiano, Rogelio Díaz, Norberto Gavino, y Julio Troxler.
El 10 de junio un tribunal presidido por el general de brigada Juan Carlos Lorio realizó un juicio sumarísimo concluyendo que los sublevados no debían ser fusilados. Pero Aramburu ratificó su decisión. Lorio pidió que se dejara por escrito. Aramburu y su gobierno firmaron entonces el decreto 10.364 que detallaba la lista de once militares que debían ser fusilados (única orden de ejecución oficialmente inscrito en la historia argentina).
No existen registros de esos juicios sumarios, ni del informe forense que debió determinar la causa de la muerte.
Los fusilamientos clandestinos hubieran permanecido desconocido de no ser por el periodista Rodolfo Walsh que descubrió e investigó lo ocurrido en León Suárez, publicando su investigación a través de un histórico relato novelado titulado Operación masacre.
El 12 de junio de 1956, en cumplimiento del decreto firmado por el presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu, fue fusilado el general Juan José Valle, líder del frustrado levantamiento cívico-militar producido el 9 de junio de ese mismo año.
El saldo de esas 72 horas de junio de 1956 fue trágico y dio paso al baño de sangre que en años venideros sufriría el país: 18 militares y 13 civiles asesinados.
A partir de esa fecha los peronistas siempre recordaron al General Aramburu y a su «Revolución Fusiladora»
BOVEDA 20210608