Entrevista a Alberto Espiño vecino y político de la Comuna 9

Publicado: 28 dic 2014
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Toda su vida transcurrió entre Mataderos y Liniers. Y fue en estas calles donde comenzó a involucrarse en política, cuando aún cursaba la secundaria en el San Pío X. «Soy un militante social cristiano que empecé a militar en mi época de estudiante. Llegué a la política a partir de esta mirada cristiana, del Padre Mugica, de la visión social de la Iglesia. Desde allí entendí que la política es una causa noble en cuanto al compromiso y la entrega hacia el otro», explica Alberto Espiño café de por medio, que a sus 44 años, lleva casi treinta de militancia social.
Hoy se reconoce como un dirigente del Frente para la Victoria de la Ciudad de Buenos Aires, comprometido con la Corriente Nacional de la Militancia que lidera su amigo, Daniel Filmus, a quien acompaña desde hace varios años y considera «el máximo referente electoral que tiene nuestro partido en la Ciudad, más allá de que decida o no presentarse como candidato».
A mediados de noviembre pasado, Espiño y Filmus lideraron un plenario territorial a las puertas del local ?El Negro Fontanarrosa? -sede Liniers de la agrupación Confluencia Comunal- del que además participaron la diputada nacional Mara Brawer, el legislador porteño Gabriel Fuks, el actor Raúl Rizzo y Ricardo Borro, hijo del mítico Sebastián Borro, que liderara la gesta que en 1959 paralizó el barrio y al país, cuando el por entonces presidente Arturo Frondizi intentó privatizar el Frigorífico Lisandro de la Torre. Más de trescientas personas le dieron el marco ideal al encuentro que coincidió además con el cumpleaños del anfitrión, Alberto Espiño.
– Ese acto fue un espaldarazo para una eventual candidatura tuya en las próximas elecciones porteñas ¿Te gustaría integrar alguna lista? ¿Creés que éste es el momento ideal para hacerlo?
– Cuando uno es militante y abrazó una causa política durante mucho tiempo, como en mi caso, está inmerso en una decisión colectiva. Por eso mi eventual candidatura tendrá que resolverla mi partido y mi espacio. Y si creen que puedo serles de utilidad en la Legislatura, en la Comuna 9 o en algún otro ámbito, ahí voy a estar. Creo que tengo la experiencia y el recorrido suficientes como para asumir esa responsabilidad y responder a las demandas de los vecinos.

– Como integrante de la oposición ¿Cómo evaluás la gestión macrista en la Ciudad?
– Un gobierno muestra su línea ideológica a través de la forma en la que encara el presupuesto. Y el PRO encaró su gestión y puso sus equipos técnicos en todo lo referido al espacio público. Es decir, todos aquellos ámbitos que son bien visibles para el vecino. Tenemos la avenida Emilio Castro que es una maravilla. Pero hay otras zonas descuidadas, entonces veo que se armaron zonas de primera y otras de segunda en la misma Comuna. Me parece genial que se embellezca Emilio Castro, pero todo el esfuerzo que se está poniendo ahí, debería ser equitativo en el resto de la Comuna. Además hay temas que el Gobierno porteño no quiso o no pudo resolver, y que están iguales o peores que en gestiones anteriores. Los hospitales están atravesando una situación alarmante, con problemas de insumos y de infraestructura, cosa que vemos en el Santojanni. En materia de Educación, no cumplieron su promesa de mejorar en infraestructura, fundamentalmente en las escuelas del sudoeste de la Ciudad. En nuestra Comuna, por ejemplo, no han resuelto el tema del Polo Educativo en las dos gestiones que ya lleva el PRO.
– Te referiste a la distribución del presupuesto ¿Qué falencias notás en ese sentido?
– El presupuesto que acaba de aprobar el PRO de 85 mil millones de pesos es elevado, pero en términos porcentuales, tanto educación, como salud o vivienda muestran un retroceso en materia de inversión. Y el desinterés hacia lo público es peligroso en todo sentido. Hoy el macrismo, según las encuestas, está siendo acompañado por una gran parte del electorado porteño, y eso como oposición lo tenemos que respetar, pero no por eso vamos a dejar de decir que creemos en que otro tipo de ciudad es posible, sin descuidar el espacio público pero dándole la importancia que merecen los temas prioritarios. Fijate lo que ocurre en el tema Vivienda, donde no sólo están desatendidos los sectores más marginados, sino también los sectores medios, que no tienen posibilidad de acceso a la vivienda. El Instituto de la Vivienda está atomizado, frenado y no tiene un criterio a seguir. Aunque no lo dicen, queda claro que el PRO está ideológicamente en contra del acceso a la vivienda para los sectores más humildes, pero es llamativo que tampoco se ocupen de los sectores medios de la población.

– Tocaste el tema vivienda ¿Qué opinás del golpe de timón que dio el Gobierno nacional en el predio de los Talleres Ferroviarios de Liniers, cambiando imprevistamente su destino e instalando a una empresa china para reparar trenes y descartando la construcción de edificios prevista el año pasado?
– Las de los Talleres Ferroviarios de Liniers son tierras nacionales, y eso quiere decir que son tanto del vecino de Liniers como del vecino de La Quiaca, por eso cualquier emprendimiento que allí se desarrolle hay que pensarlo como una estrategia nacional. En lo personal me interesaría que se cerrara un proyecto definitivo. Esta propuesta ferroviaria no la veo mal, porque en el marco de esta recuperación del sistema ferroviario que se está encarando, mantenerlo en el tiempo y que Argentina se reindustrialice y que se ponga en marcha un plan de sustitución de importaciones, la idea de darle cobertura con la puesta en marcha de talleres de este tipo, con nuevas tecnologías, me parece satisfactoria. No obstante, me gustaría que sea un proyecto conjunto, con escuelas secundarias de orientación ferroviaria, como originalmente planteaba el proyecto del Polo Cívico Cultural y Educativo que habían propuesto los vecinos. Siempre dijimos que ese terreno tiene un potencial enorme para empezar a sanear las principales demandas de la zona oeste y sur de la ciudad. Por eso vamos a continuar desde nuestro espacio fogoneando aquella iniciativa vecinal, para que finalmente pueda ponerse en marcha a la par de la radicación de esta empresa china.

El tema de la fallida implementación de la Ley de Comunas y la escasa participación vecinal tampoco escapó a la charla. «Uno de los mayores daños que le está haciendo el PRO a la ciudad es vaciarla de participación democrática?, comenzó sentenciando Espiño, y luego argumentó ?no digo que tenga una mirada orgánica antidemocrática, pero parece obstinado en no permitir la participación de los vecinos. Por ejemplo, en los consejos consultivos, donde el PRO no difunde las convocatorias, organiza las reuniones en horarios inapropiados y se apropia de esos espacios de participación hasta transformarlos en reuniones partidarias. Por otra parte, convocan a reuniones con Rodríguez Larreta en horarios imposibles donde se resuelven prioridades por afuera del consejo. Y lo más grave, es que todavía no se terminó de implementar la Ley de Comunas. Fijate que el presupuesto para cada comuna no le decidieron los vecinos sino que lo impuso de prepo el secretario de Atención Ciudadana. Así a los comuneros se les hace muy difícil cumplir su función».

Hace unos años Espiño se recibió de politólogo, título que sumó al que ostenta como periodista deportivo. A comienzos del 2000 fue delegado comunal del ex CGP 9, cuando Aníbal Ibarra era Jefe de Gobierno y Mirta Roca directora del CGP. ?Allí tenía a mi cargo la convocatoria y el armado de los consejos consultivos, que fue cuando mayor participación vecinal tuvieron», subraya.
A nivel nacional se desempeñó luego en la Secretaría de Gestión Pública, cuando estaba a cargo de Juan Manuel Abal Medina, y desde hace un corto tiempo integra la Secretaría de Medios desde el área de coordinación operativa de Fútbol para Todos.
Después de darle el último sorbo al cortado, sobre el final de la charla, Espiño dispara: «el principal inconveniente que va a dejar el macrismo cuando le toque irse del gobierno, es no haber roto con la herencia de la política neoliberal, donde lo que importa es salvarse uno a partir de una visión gerencial de la política que, sinceramente, no soporto».

Fuente y gentileza: Cosas de Barrio

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