Lisandro Teszkiewicz, Auditor de la Ciudad, en Comunas un Desafío.

Publicado: 14 dic 2020
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Tuvimos al aire de nuestro programa del sábado 12 la palabra de Lisandro Teszkiewicz, abogado, auditor general de la Auditoria de la Ciudad de Buenos Aires.
Nos acercó sus reflexiones sobre la carta y el balance de este año 2020, que se conoció esta semana, de parte de la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández, enfocando como uno de los mayores problemas que padece el país al Poder Judicial.
Aquí lo expresado por Lisandro:
«Tanto lo que pone Cristina Kirchner en su carta abierta, como las declaraciones últimas del presidente de la Nación Alberto Fernández son claras, no son nuevas, el problema de la justicia es un problema que los argentinos conocemos hace muchos años, el Poder Judicial es el menos democrático de los poderes, no ha sido permeado por todas las transformaciones del siglo XXI, tiene formas y ritos del siglo IXX y tiene una concentración de poder contra mayoritario que incluso lo defienden como algo beneficioso.
En ese sentido cualquiera que transite Tribunales no puedo más que estar de acuerdo con las declaraciones tanto de la vicepresidenta como del presidente, no importa la posición política que se tenga, todos los abogados sabemos el nivel de arbitrariedad y de discrecionalidad que tiene la justicia argentina, las leyes no dicen lo que sigue el Parlamento, las leyes en nuestro país dicen lo que los jueces quieren que digan pero lo peor es que los jueces quieren que digan cosas distintas, depende cual es el caso que están juzgando y eso es algo intolerable para una sociedad democrática; no hay seguridad jurídica en nuestro país y no hay seguridad jurídica porque el Poder Judicial es absolutamente arbitrario y esa arbitrariedad nace en la propia Corte Suprema.
Esta Corte sentenció que había mucha gravedad institucional para resolver en qué lugar debían trabajar tres jueces y la misma Corte Suprema resolvió que no tenía gravedad institucional (sin revisar) condenar a prisión a un ex vicepresidente, ese nivel de arbitrariedad hace que los argentinos no podamos estar tranquilos con la justicia que tenemos.
Claramente debe hacerse una reforma, deben eliminarse como decía en su discurso de asunción el presidente, los sótanos de la democracia y esa reforma debe empezar por la Corte Suprema.
Hay distintas propuestas de cómo hacerlo, a mí la que más me gusta es la de ampliarla, crear salas especializadas en cada fuero del derecho, que tengan funciones de casación (revisión) y una sala especial constitucional, pero hay otras opciones, hay distintos proyectos, cualquiera sea el que se tome hay que avanzar en una reforma de la Corte Suprema y de la justicia en general que haga de la Argentina un país con seguridad jurídica y una sociedad democrática y previsible.»