Mauricio Macri, en el Congreso Nacional.

El presidente Mauricio Macri inauguró en el Congreso el 136º período de sesiones ordinarias.

Comenzó «homenajeando» a los tripulantes que «murieron» en el ARA San Juan y prometió que harán todo lo que esté al alcance para encontrarlos.

Defendió “el camino del gradualismo” en materia económica, prometió “dejar de endeudarnos” y, sin referirse al ajuste de dos años continuos, aseguró que “lo peor ya pasó”, como lo viene haciendo en sus anteriores mensajes.

De las cuentas offshore dijo que «no estamos acá para beneficiarnos», no mencionó nada acerca de la reforma laboral, ratificó su defensa del accionar de las fuerzas de seguridad, anunció la creación de un parque nacional en terrenos de Campo de Mayo se refirió a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo planteando su opción «por la vida» pero también por los debates maduros.

Prometió cumplir las “metas de bajar la inflación y el déficit” fiscal y que “vamos a dejar de endeudarnos” y “convertirnos en un país confiable”.

Luego enumeró una serie de datos de crecimiento de inversión, record en distintas áreas y el avance de los salarios contra la inflación.

Pidió la sanción de la Ley de Integridad Pública (con media sanción del Senado) y la Ley de Financiamiento Productivo.

Era impactante ver las caras de muchos legisladores ante frases como estas: «la inflación está bajando”. “No solo queremos bajarla. Queremos que nunca más sea un instrumento de la política como lo ha sido durante más de 70 años” y pidió “a los que piensan distinto, que lo que estamos proponiendo tiene absoluta buena fe” y que las cosas por ese camino “pueden funcionar”.

Poco más de cuarenta minutos de autoelogios, promesas y frases de campaña política algunas alejadas bastante de la realidad.