Misa en Luján por «Paz, Pan y Trabajo».

Publicado: 22 oct 2018
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En la lluviosa mañana del sábado 20  en la Basílica de Luján, una multitud (dicen 800.000 concurrentes) participó al mediodía de un oficio interreligioso en el que se pidió “Paz, pan y trabajo”.

La convocatoria del Frente Sindical para el Modelo Nacional y más de setenta organizaciones gremiales, políticas y sociales puso una vez más de manifiesto el rechazo al ajuste implementado por el gobierno de Mauricio Macri y el reclamo de cambios a la política económica.

No hubo discursos, sino simplemente el oficio religioso y la oración ecuménica “por los que trabajan, por los que buscan trabajo, por los que se cansaron de buscar y por los jubilados”.

La misa ecuménica la encabezó el arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani,  quien citó a Francisco en su “Evangelio de la alegría” y destacó que el Papa alienta a que “no nos dejemos robar la alegría, el entusiasmo, la esperanza, la comunidad, el evangelio y el ideal de amor fraterno”.

Y agregó: “Que Dios les dé coraje, perseverancia y pasión para seguir sembrando”.

En referencia al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el arzobispo sostuvo: «Nuestro pueblo debe ser artífice de su propio destino y no quiere tutelajes, ni injerencias donde el más fuerte subordina al más débil. Quiere que su cultura, sus procesos sociales y tradiciones religiosas sean siempre respetadas». Además remarcó que “ninguno de los problemas se puede resolver sin la interacción entre el Estado y el pueblo”.

«Si realmente queremos un cambio positivo tenemos que asumir humildemente nuestra sana interdependencia. Pero interacción no es nunca sinónimo de imposición. El futuro de la Nación no está únicamente en manos de los dirigentes: está fundamentalmente en manos de nuestro pueblo, en su capacidad de organizarse para lograr este proceso de auténtico cambio», añadió.

En primera fila se acomodaron, entre otros, Hugo y Pablo Moyano, Hugo Yasky (CTA), Roberto Baradel (docentes), Sergio Palazzo (Bancarios), Esteban “Gringo” Castro” (CTEP), Omar Plaini (Canillitas), Ricardo Pignanelli (Smata), Néstor Segovia (metrodelegados), Daniel Catalano (ATE), Víctor Santa María (encargados de edificios), el ex embajador en el Vaticano Eduardo Valdés y los diputados y ex gobernadores bonerenses Felipe Solá y Daniel Scioli. También hubo intendentes como Verónica Magario (La Matanza), Gustavo Menéndez (Merlo), Alberto Descalzo (Ituzaingó), Ariel Sujarchuk (Escobar), Walter Festa (Moreno), Gabriel Katopodis (San Martín) y Santiago Maggiotti (Navarro). También participaron Adolfo Pérez Esquivel y el dirigente social Juan Grabois, entre muchos, otros, presentes.

El texto de la oración ecuménica surgió de reuniones previas entre el pastor Néstor Míguez (Federación Argentina de Iglesias Evangélicas), el pastor metodista Fernando Suárez (Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos), los sheij Móshen Alí (Casa para la Difusión del Islam) y Karim Paz (mezquita Taujíd), el periodista Jorge Elbaum (Llamamiento Argentino Judío) y el arzobispo Radrizzani. En la lectura participó el sacerdote Sergio Gómez Tey.

En el altar había un retrato del cura villero y asesinador por la Triple A, Carlos Mugica, con la frase “dar la vida por los pobres”. También fue activa la presencia de los sacerdotes Domingo Bressi -legendario compañero de Mugica-, Juan Carlos Molina (salesiano ex titular del SEDRONAR) y Ricardo Castillo, que integran el grupo Curas en la Opción por los Pobres.
En las oraciones leídas por los diversos referentes religiosos se habló de “la división en cuestiones estériles, donde la violencia no para crecer y sobre los mas débiles” y que “crece el número de pobres, falta la tierra y el techo, mientras se deterioran los hospitales y la salud como la escuela publica”, y que se “sufre un poder judicial que cree que hace justicia desechando el principio de inocencia”.
“El pan se encarece y se especula con el precio de los alimentos y los mas pobres sufren hambre” como “la falta de trabajo, los despidos masivos y la flexibilizacion laboral donde muchos tienen salarios injustos y las jubilaciones no alcanzan por un sistema económico en clave egoísta que prioriza la especulación financiera en detrimento del trabajo”, añadieron.

La dirigente sindical y diputada nacional, Vanesa Siley, leyó la oración por la patria, se cantó el himno nacional y el obispo pidió la última bendición “para los presentes, sus agrupaciones y  los objetos religiosos».

Luego vinieron los viva para la Virgen de Lujan, y el Papa Francisco.