River-Boca, Final Suspendida, Vergüenza y Sospechas.

Publicado: 26 nov 2018
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La Final de la Copa Libertadores de América 2018 seguirá siendo una materia pendiente en materia futbolística.
Tras la doble suspensión de los días sábado y domingo en el Monumental, Boca Juniors insistirá que deben darle el trofeo y el pasaporte al mundial de clubes de Abu Dhabi por la vía administrativa.
Tras la rotura de los vidrios del micro que transportaba al plantel xeneixe cuando faltaban cinco cuadras para llegar al estadio y los inconvenientes físicos que sufrieron varios jugadores de Boca (principalmente Lamardo y Pablo Perez), el conjunto de la ribera no quiso jugar el encuentro por encontrarse en condiciones desiguales con respecto a River Plate.
Vergonzoso el desempeño, la planificación y las posteriores declaraciones de los funcionarios del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, responsables directos y encargados de tener todo asegurado para que se disputara la gran final sudamericana. Siempre el Jefe de Gobierno porteño reclamó la conducción de la fuerza policial para la Ciudad y hoy que tiene su jefatura debe rendir cuentas de su impericia, por no caer en definiciones difíciles de probar.
Vergonzoso el desempeño y las decisiones de la Conmebol, organizadora del evento futbolístico, que mantuvo de rehenes durante varias horas a 60.000 personas (mas de 20.000 el domingo) y que nunca informaron y además mintieron para evitar «supuestos disturbios».
El micro de Boca, custodiado por fuerzas policiales, llegó a la esquina de avenida Libertador y Lidoro Quinteros y cuando doblaba para enfilar hacia el estadio fue agredido por piedrazos que partieron de un numeroso grupo de simpatizantes de River (mas de quinientos) que se encontraban en el lugar y tuvieron al vehículo pasando ante sus narices, haciendo del operativo previsto una «burla» a la inteligencia del ciudadano común.
Indudablemente la organización de la seguridad (por la que el club local abonó 25 millones de pesos) fue negligente, incapaz y cuanto menos responsable de los hechos totalmente evitables (algunos, aún el chofer del micro, hablan de zona liberada).
Queda ahora la discusión fuera del rectángulo de juego y el Club Atlético Boca Juniors reclamará su séptima Copa Libertadores sin disputar la revancha en el estadio de River Plate.
La decisión, que va a contramano de lo que explicaron el sábado por la noche los presidentes de ambas entidades, Daniel Angelici y Rodolfo D’Onofrio, cuando, según el titular de la Conmebol Alejandro Domínguez, ambos celebraron “un pacto de caballeros” para que el partido finalmente se disputara.
Seguiremos rodeados de sospechas y preguntas;  ¿serán detenidos los autores de esta agresión, facilmente  prevenible?, ¿era «vox pouli» en muchos ámbitos de la organización y de la seguridad que algo extraño al juego iba a ocurrir? ¿fue real la amenaza de la «barra» de River luego de la detención de su lider con dinero y entradas?, si fue real, ¿que hizo el Ministerio de Seguridad por evitarla?.