20 Años del Suicidio de Favaloro.

Publicado: 29 jul 2020
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Se cumplen dos décadas del suicidio del prestigioso cardiocirujano René Favaloro, dejó cartas a sus allegados explicando los motivos que lo llevaron a quitarse la vida.

Favaloro se suicidó el 29 de julio del 2000 a sus 77 años. Por aquel entonces su Fundación para la Docencia e Investigación Médica transitaba una gravísima crisis financiera, que lo obligaba a poner en práctica un plan de ajuste extremo.

Reflexionar sobre su vida muestra lo que significó perderlo.

Era descendiente de italianos inmigrantes, provenía de un hogar muy humilde de trabajadores, su padre ebanista y su madre, costurera. Vivió en El Mondongo, un barrio popular en donde fue a la escuela y pudo con mucho esfuerzo acceder a la Facultad de Ciencias Médicas. Su primer trabajo como médico fue en el policlínico de San Martín, de La Plata y luego, se hizo cargo de una salita en el partido de Magdalena, a 45 kilómetros de La Plata. Luego pasó a hacer un reemplazo en un pueblo de La Pampa, a 200 kilómetros de la capital de esa provincia.

Con 26 años viajó a Arauz por unas semanas, pero se quedó 11 años.

Como visionario que era, advirtió que las enfermedades del corazón eran una epidemia global, por lo que se fue a formar a Estados Unidos, en Cleveland Clinic.

Se dedicó con tanto esmero a su trabajo e investigación, que en 1967 escribió en la historia un capitulo fundamental, ya que operó a una mujer de 57 años con obstrucción en arteria coronaria, devolviéndole la circulación sanguínea a través de un injerto de la vena safena de una de sus piernas, surgiendo así la técnica del bypass.

Su sentido patriótico, su visión del nacionalismo popular, lo hacía creer que debía devolverle al país lo que el país le había dado y lo demostró cuando renunció a su sueldo anual de un millón de dólares en Estados Unidos, para volver a Argentina, aunque ya tenía su vida resuelta.

Dio vida al proyecto de su fundación creándola en 1975 y en 1992, durante la presidencia de Carlos Saúl Menem, consiguió inaugurar el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, la cara más visible de la fundación. Pero necesitaba siempre conseguir recursos y ante el recorte fiscal, el deterioro de la economía y la deuda que las obras sociales tenían, pese a los esfuerzos que Favaloro hacía, no lograba recuperarse.

La situación de la Argentina era cada vez más difícil y cuando asumió la presidencia Fernando de La Rúa, René creyó que tenía una posibilidad, pero siguió con deudas y debía realizar un ajuste que significaba cientos de despidos, cierre de servicios y cambios en el sistema financiero. El comité de crisis constituido por jóvenes profesionales de la fundación le dio el ultimátum: debía actuar. Desesperado, le envió al entonces presidente y a varios funcionarios una nota rogando una ayuda extraordinaria, pero las mismas llegaron tarde, luego de que una bala le perforara el corazón. Sí, irónicamente, él, que tantas vidas salvaba con fallas al corazón, se quitaba la suya con un disparo directo al mismo.

Su paciencia y sencillez lo acercaron a la gente, tenía compromiso social, decencia y excelencia médica. A René Favaloro le queda chico el término de héroe, sintió que ya no podía vivir más y le dejó a la patria su último legado aleccionador: la decencia  y corrección por encima de todo.

Su fundación reclamaba una deuda por dos millones de dolares al PAMI, en ese momento encabezado por Horacio Rodríguez Larreta, cuya asesora y mano derecha adentro del organismo era una joven de 27 años llamada María Eugenia Vidal.

 

Favaloro antes de terminar con su vida, escribió 7 cartas. Solo algunas de esas misivas fueron compartidas públicamente.

En los tramos que fueron dados a conocer, el reconocido cardiocirujano exponía la corrupción reinante en el PAMI y la connivencia entre los sindicatos, los gremios y los facultativos.

“PAMI tiene una vieja deuda con nosotros (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente)”, decía.

En el año 2000, la Fundación le reclamaba a PAMI el pago de 195 facturas emitidas de 1993 a 1995, pero desde PAMI la respuesta era tajante: “La Fundación no posee una deuda verificada con PAMI“. De acuerdo al organismo, los únicos incumplimientos detectados eran unas facturas vencidas que no figuraban en los libros contables.

“Nosotros nunca dijimos que el servicio no se prestó, lo que dijimos es que en ninguno de los libros contables del PAMI figura esa prestación, ni esa deuda” explicó el interventor Horacio Rodríguez Larreta, puesto por Fernando de la Rúa al frente del organismo para sanearlo y realizar un ahorro anual que Larreta estimó en 360 millones de pesos, entre los que estaban los 2 millones de deuda con la Fundación Favaloro.

 

La verificación contable tuvo lugar y se comprobó la existencia de las 195 facturas reclamadas, y 3 días después PAMI solicitó la realización de una auditoría interna. La burocracia volvió a ganar y el 29 de julio Favaloro ya no aguanto más la situación y se disparó al corazón “Estoy cansado de luchar, luchar y luchar, galopando contra el viento, como decía don Ata. No ha sido una decisión fácil, pero sí meditada” dejó escrito de su puño y letra.

Unos meses después Horacio Rodríguez Larreta fue acusado penalmente por “defraudación” e “incumplimiento de los deberes de funcionario público” al direccionar la compra de vacunas antigripales para el PAMI, junto a Cecilia Felgueras (anterior interventora del PAMI) y Daniel Tonierro (reemplazante de Rodríguez Larreta al ser removido del cargo). Exactamente el tipo de corrupción denunciado por Favaloro respecto al PAMI.

La causa recayó en el juzgado del Juez Bonadío. 

La defensa de los tres funcionarios se realizó a través de un escrito en el que consignaron que en comparación con el operativo de vacunación del año 1999, a través de la mencionada licitación PAMI ahorró cerca de $ 2,5 millones de pesos.

Rodríguez Larreta fue despedido del PAMI y reasignado al frente del Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires junto a Carlos Ruckauf para después asumir al frente de la DGI.

En 2017 el Gobierno de la Ciudad mandó al vicejefe porteño Santilli a descubrir una placa por los 50 años del Bypass al Colegio Argentino de Cirujanos Cardiovasculares. Ahora al saber como fue la historia, se entiende porqué, nunca vas a encontrar en alguno de esos homenajes y cenas a Horacio Rodriguez Larreta ni a Maria Eugenia Vidal.