25 Años de la «Masacre de Flores»

Publicado: 18 feb 2019
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La casa de Baldomero Fernández Moreno 1906, en el barrio porteño de Flores, fue destruída por el fuego la madrugada del 17 de febrero de 1994.
Adentro estaban José Bagnato (42); su esposa, Alicia Plaza (40); sus tres hijos, Alejandro (9), Fernando (14) y Matías (16); y Nicolás Borda (11), amigo del nene más chico.
El único que sobrevivió al incendio fue el mayor de los hermanos: Matías. Norma Calzaretta, su abuela, que también vivía con la familia se salvó porque había viajado a Mar del Plata.
Cuatro días después del hecho, conocido como la «Masacre de Flores», fue detenido Fructuoso Alvarez González, un ciudadano español que estaba casado con la hija de un primo hermano de la abuela Norma.
Un vecino de las víctimas había visto a Fructuoso merodear la casa de la familia Bagnato con un bidón y fue clave para que el autor de la masacre fuera condenado a perpetua.
Fructuoso conoció a José, yerno de Norma y cuando la fábrica de zapatos de Bagnato entró en crisis le entregó un préstamo para seguir adelante con la empresa.
Cuando el acreedor quiso recuperar su dinero las diferencias sobre el número final de la deuda eran insalvables: el prestamista reclamaba 300 mil dólares, mientras que Bagnato decía que la cifra no llegaba a 90 mil.
Las discusiones y las amenazas se repitieron hasta ese 17 de febrero, cuando Fructuoso Álvarez González cumplió con sus dichos de  prenderles fuego la casa.
Los peritos determinaron que el fuego fue provocado desde adentro, con fósforo líquido, un potente agente incendiario de uso militar.
Hubo cuatro focos de incendio: en la planta baja y en las habitaciones. Todos los moradores de la casa fallecieron salvo Matías que saltó desde su cuarto hacia la casa de un vecino y pese a algunas quemaduras vive para contarlo y seguir luchando por hacer justicia definitiva en este caso.