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Golpe de Calor
Publicado: 01 feb 2025
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El verano es sinónimo de diversión al aire libre, sin embargo, las altas temperaturas también pueden ser un riesgo para su salud; uno de los peligros más comunes es el golpe de calor.
Un golpe de calor es el aumento de la temperatura del cuerpo por una exposición prolongada al sol (insolación clásica) o por hacer ejercicios en ambientes calurosos o con poca ventilación, al punto que el cuerpo pierde agua y sales esenciales para su buen funcionamiento.
¿Cuáles son los síntomas del golpe de calor?
Los síntomas para reconocer que estamos sufriendo un golpe de calor son la sed intensa y sequedad en la boca; temperatura mayor a 39º C (medida en la axila); sudoración excesiva; sensación de calor sofocante; piel seca; agotamiento, cansancio o debilidad; mareos o desmayo; vértigo; calambres musculares; agitación; dolores de estómago, falta de apetito, náuseas o vómitos; dolores de cabeza; estado de confusión, desorientación, delirio o incluso coma o convulsiones.
Cuatro claves para prevenir el golpe de calor
La prevención es la mejor defensa contra esta condición:
- Hidratación constante: asegurarse de que los niños tomen agua con frecuencia, incluso si no sienten sed. Evitar bebidas con cafeína o con azúcar en exceso y bebidas con alcohol, ya que aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido.
- Protección adecuada: utilizar gorros, sombreros y protector solar.
- Evita los horarios críticos: limitar la actividad física al aire libre entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando el sol es más fuerte.
- Refugio en la sombra: priorizar espacios frescos y vestirlos con ropa liviana y de colores claros.
En caso de padecer un golpe de calor, hay que ofrecer agua fresca (o incluso agua con una cucharadita de sal); trasladar a la persona a un lugar fresco y ventilado; no administrar medicamentos antifebriles; no friccionar la piel con alcohol.