Nace la CGT de los Argentinos en 1968.

Publicado: 28 mar 2021
Comentarios: 0

Nacida en el Congreso Normalizador “Amado Olmos”, entre el 28 y 30 de marzo de 1968, liderada por el secretario general de los obreros gráficos, Raimundo Ongaro, la CGT de los Argentinos (CGTA) pretendió, desde el primer día de su formación, encabezar la oposición a la dictadura militar autodenominada “Revolución Argentina”.presidida por el general Juan Carlos Onganía que llevaba casi dos años de gobierno, y prometía quedarse por diez o veinte años más.

 

Al margen de la central combativa quedaron sindicatos importantes que, o bien sostenían que debía mantenerse una actitud negociadora con el gobierno militar, o bien aceptaban los llamados oficiales a la “participación”; en conjunto perfilaron tres tendencias sindicales que a comienzos de 1968 exhibían fuerzas parejas.

 

La trayectoria de la CGTA (desde su formación hasta comienzos de 1970) destaca los hitos fundamentales de aquellos años, entre los que se encuentran los paros del 1º de mayo de 1968, del 28 de junio, la huelga petrolera y la gráfica, los Rosariazos, el Cordobazo, y el comienzo de la movilización de las bases sindicales contra las direcciones que integraban la Confederación General del Trabajo (CGT) de Azopardo o el participacionismo.

 

Entre las principales fuentes reflejan aquella etapa los semanarios de la CGTA, que se editaron entre mayo de 1968 y febrero de 1970.

 

Esta breve historia desde la división de la CGT en 1968 hasta el Congreso Normalizador de 1970, en que fue elegido José Rucci reseñó la posición de cada una de las tendencias sindicales, sus nucleamientos, su relación con el gobierno militar y otras opciones políticas, la conducción de Perón, y el ascenso y caída de las opciones combativa y participacionista del sindicalismo.

 

El escritor y militante Rodolfo Walsh fue director del Semanario de la CGT de los argentinos entre 1968 y 1970.  Según diversas fuentes, además de los 55 números conocidos, se editaron quince números más hasta 1973, ya no bajo la dirección del equipo periodístico liderado por Walsh, sino por la secretaria de prensa de la CGTA, a cargo de Carlos Burgos.

 

Desde marzo de 1970 seguiría publicándose esporádicamente un periódico con diseño y formato similar al de los números de la clandestinidad, aunque ya no bajo la dirección de Walsh. El número 56 es de marzo de 1970, y el 69, de abril de 1973. Ciertamente, según la memoria y balance de la Federación Gráfica Bonaerense (Raimundo Ongaro), se editaron un total de 70 números del semanario.

 

Para reconstruir el significado político de la CGTA entre 1970-73, debemos conocer los procesos principales de aquel nucleamiento en esos años: la rebelión de las bases, el liderazgo de Raimundo Ongaro, la búsqueda de nuevas formas organizativas, la participación en la estrategia de Perón para su regreso al país. Así, podremos interpretar el giro de los integrantes de la CGTA hacia el basismo, y su rechazo a la vuelta a la CGT y las 62, como una redefinición de la identidad política de este sector del sindicalismo de liberación (al igual que otros nucleamientos combativos), pero dentro del marco estratégico del peronismo (a diferencia de otros nucleamientos).

 

La constitución de la nueva central obrera, en gran parte como consecuencia de dicho escenario, se vio marcada por la notoria heterogeneidad de sus integrantes. Por un lado se encontraban los principales impulsores del proyecto, en general fuertemente vinculados a la izquierda peronista.

 

Las cabezas más visibles de la organización fueron Raimundo Ongaro -con su particular postura peronista-católica-, Ricardo de Luca, Julio Guillán, Jorge Di Pascuale (los tres contando con una tradición de militancia en organizaciones peronistas de izquierda como el Movimiento Revolucionario Peronista y la Confederación de Agrupaciones Peronistas Ortodoxas) y el propio Agustín Tosco, secretario general de Luz y Fuerza en Córdoba y  Alfredo Ferraresi (farmacia).

 

Es posible que dichas figuras, conjuntamente con intelectuales como Rodolfo Walsh o curas tercermundistas que se acercaron a la Central, manifestaran una convicción profunda en su contienda contra el burocratismo vandorista y su búsqueda de una renovación sindical anclada en la participación de las bases.