Sigue impune el asesinato de un chico Boliviano en un kiosco de Mataderos

Publicado: 02 feb 2015
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EL DOCTOR GUSTAVO MORÓN HABLÓ EN COMUNAS UN DESAFÍO

Es el caso de Walter Franco Zárate Pérez, de 18 años, fue a un  kiosco del barrio de Mataderos  a comprar cervezas con su papá y un primo y el dueño le disparó en el pecho. El tirador declaró que lo trataron de asaltar. Ahora, la justicia investiga a la familia de la víctima.

Esas muestras de odio son el motivo que denuncian los miembros de la comunidad boliviana que derivó en el crimen de Walter Franco Zárate Pérez. El adolescente de 18 años que soñaba con estudiar Ingeniería en Sistemas fue asesinado de un tiro el viernes pasado frente a su padre y su primo por un kiosquero en Mataderos tras una discusión. » El tirador denunció un intento de robo y los únicos que están siendo investigados por la justicia son los familiares de la víctima » dijo Gustavo Morón de la Cooperativa Bolivia Unida en el programa radial Comunas Un Desafío, que se emite todos los sábados de 14 a 15 hs.

El hecho ocurrió en el cruce de las calles Bragado y Basualdo, donde se encuentra el kiosco al que llegó Franco junto a su padre Elvis y su primo Aldo para comprar unas cervezas. En este punto es donde aparecen dos versiones: la del kiosquero y la de los familiares del fallecido.

El comerciante, un ciudadano uruguayo llamado Pelagio Gualberto Ximenez, de 62 años, sostiene que los Zárate intentaron entrar a su negocio para agredirlo, cuando se negó a venderles las bebidas y para robarle. Entonces disparó su arma e hirió en el pecho al joven. Franco fue llevado por sus familiares al Hospital Santojanni, donde murió poco después de ser ingresado. A la par, Ximenez y su esposa se dirigieron a la comisaría 42 de la Policía Federal para denunciar el supuesto intento de robo. Los Zárate también se dirigieron a la seccional para denunciar el homicidio, pero apenas llegaron fueron detenidos por la policía por la acusación anterior.

«Queremos que la caratula sea homicidio y que detengan al kiosquero porque esto fue un crimen»  agregó el Dr. Morón que acompaña a la familia de la víctima. La familia Zárate sostiene que cuando pidieron las cervezas Ximenez les quiso cobrar 40 pesos por cada envase, lo que derivó en un intercambio de insultos. «Ximenez le mostró un arma de fuego al primo y por eso se subieron de nuevo al auto, pero éste no arrancó por un desperfecto mecánico momentáneo», relató el abogado. En ese momento, el comerciante salió a la calle y le pegó un puñetazo al adolescente, quien se habría bajado del auto para defenderse y resultó baleado. Si bien los familiares de Franco fueron liberados al día siguiente del hecho, aún permanecen imputados en una causa por lesiones, mientras que la justicia cree que, hasta el momento, Ximenez actuó en legítima defensa. La pistola Thunder calibre 9 milímetros del kiosquero fue secuestrada y será peritada para determinar cómo fue la mecánica de muerte.

Walter era único hijo de la pareja. «Era un chico muy activo. Trabajaba en un local de ropa en la calle Avellaneda y todos los domingos iba a jugar al futbol. Desde hace tres años bailaba (danzas típicas) en la comparsa Toba Bolivia. Era muy sociable, le gustaba participar en todo. Nunca pensé que nos lo iban a quitar de esta forma» comentaron los allegados.

Familiares y amigos de Franco realizaron dos marchas para reclamar justicia. Ambas movilizaciones se congregaron a las 17 en Juan Bautista Alberdi y Basualdo para marchar una cuadra a la puerta del kiosco y escrachar al homicida.