10 Años desde que Estela de Carlotto se Reencontró con su Nieto.
Nació el 26 de junio de 1978 en el cautiverio de su madre, Laura Carlotto, secuestrada siete meses antes en su casa de la ciudad de Buenos Aires, embarazada. Walmir Montoya, su padre, fue secuestrado en noviembre de 1977 y, como Laura, posiblemente haya permanecido detenido en el centro clandestino «La Cacha».
Por sobrevivientes, se supo que Laura dio a luz en un hospital militar y que llamó Guido a su bebé.
Tras el parto, fue devuelta a La Cacha.
El 25 de agosto de 1978 fue asesinada.
En 1985 el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) identificó sus restos y en 2009 los de Walmir.
Pianista, compositor y arreglador, Ignacio sintió la vocación de la música desde chico. Y fue en 2010, después de un encuentro llamado “Músicos por la Identidad”, organizado por Abuelas y el Ministerio de Educación de la Nación, cuando verbalizó por primera vez la duda sobre su origen. “Ahí pude plantar adentro mío la semilla de esa duda», contó tras su restitución. Al conocer la verdad, se enteró que su padre era baterista, su abuelo paterno saxofonista y su abuelo materno un melómano amante del jazz.
“Cuando lo encontré a él, volvió Laura. Sentí que volvía Laura y es cierto, él lleva la sangre de mi hija en sus venas, y ese dolor, esa ausencia, se hizo menos fuerte”, ha confesado su abuela Estela. “Nunca nos imaginamos que podía llegar a aparecer. Ha sido un milagro y hay que darle gracias a Dios”, dijo Tenchi, su otra abuela.
La restitución de Ignacio dio la vuelta al mundo. Medios de los cinco continentes reflejaron la noticia. Las redes sociales se llenaron de muestras de felicidad. Personalidades de todos los ámbitos manifestaron su alegría, al igual que organismos nacionales e internacionales, incluida la ONU.
El 5 de agosto de 2014 Estela de Carlotto al fin pudo encontrar a su nieto. “He intentado que no me conviertan en una efeméride ambulante” confesó en una carta abierta “Pacho” Montoya Carlotto.
La noticia que había esperado Estela de Carlotto en esos largos 36 años llegó de boca de la jueza María Servini la mañana del 5 de agosto de 2014 cuando le comunicó que finalmente había encontrado a su nieto y que vivía en Olavarría en el expediente judicial por la desaparición de Guido (Ignacio) desde 1991.
El 6 de agosto toda la familia Carlotto se juntó en Gonnet. “Desde el día que lo vi lo quise con el alma”, contó la tía, dos años menor que Laura. El proceso no obstante no fue el mismo para los Carlotto que para Ignacio, un pianista criado en el campo, tímido, cuyo anonimato se rompía para siempre. Para “Pacho”, como lo conocen en la ciudad donde se crió, fue un trabajo doloroso asimilar la “nueva” identidad.