En las películas que interpretó Merello demostraba que el carácter que había forjado en su vida hasta entonces, se podía reflejar también en la pantalla y en sus personajes.
El cine la imaginó como dueña de patios, corralones, un rancho en el Tigre o con un puesto en el Abasto.
Tango (1933); Noches de Buenos Aires (1935); Cenizas al viento (1942); Don Juan Tenorio (1948); Filomena Marturano (1950); Arrabalera (1950); Los Isleros (1951); Vivir un instante (1951); Pasó en mi barrio (1951); Deshonra (1952); Mercado de Abasto (1955); Para vestir santos (1955); El amor nunca muere (1955); La Morocha (1955, estrenada en 1958); La Madre María (1974).
La letra original de la milonga Se dice de mí (su mas reconocido éxito), con letra de Ivo Pelay y música de Francisco Canaro, fue pensada para que la cante un hombre, dado que el protagonista era un hombre extravagante, pícaro y que hace gala de su fealdad.
La versión femenina alcanzaría un éxito impresionante al ser grabada por Tita Merello con la orquesta de Francisco Canaro el 23 de julio de 1954 e incluida en la película argentina Mercado de Abasto, dirigida por Lucas Demare.
Tita Merello fue pareja de Luis Sandrini. El romance, que comenzó prohibido, los transformó en la pareja del momento. Pero todo terminó en 1948, cuando Tita decidió protagonizar Filomena Marturano en teatro, mientras que Sandrini se fue a filmar en España. “Si no venís conmigo, lo nuestro se termina”, le dijo él. Ella no aceptó la imposición.
Habían pasado 12 años desde su separación. En 1960 Tita grabó el tango Llamarada pasional con la orquesta típica de Héctor Stamponi, quien le puso música a los versos de la Merello. «Gracias por ayudarme a llorar con música”, le dijo a Stamponi.
En los años ‘80, ya retirada, aparecía en diferentes programas de radio y televisión dando consejos de salud a las mujeres: «Muchacha, hacete el papanicolau», repetía.
Tita Merello murió el 24 de diciembre de 2002 a los 98 años.
“Yo me revestí. Me hice un vestido de prepotente para pelear la vida. Pero te darás cuenta que soy un perrito. Yo debo haber sido un perro en otra generación porque me dan ternura y muevo la cola. He vivido toda la vida añorando ternura que es el mejor de los sentimientos porque comprende amor y pasión. A mí me tratan bien y consiguen de mi cualquier cosa. La vanidad, la estupidez, la prepotencia, no sirven para nada”, dijo Tita Merello.