Carlos Mugica y el homenaje en la Biblioteca Nacional
El vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, evocó la figura del sacerdote Carlos Mugica, asesinado en 1974. Participó de la exhibición en la Biblioteca Nacional de un documental sobre la vida del religioso que hace 40 años cayó asesinado a manos de la Triple A, la organización parapolicial que dirigía José López Rega.
El vicegobernador bonaerense confesó, ante un auditorio colmado de militantes de diversas corrientes del kirchnerismo, que compuso esta producción sobre Mugica “en los tiempos del neoliberalismo, cuando costaba explicar qué era el peronismo”.
“Nuestros alumnos nos preguntaban qué era ser peronista cuando (Carlos) Menem era presidente y (Domingo) Cavallo era ministro de Economía. Quisimos contar que nosotros estábamos identificados con figuras como Mugica, (Rodolfo) Walsh y todas las expresiones de la cultura popular”, reveló el dirigente.
Mariotto afirmó que «es uno de los tantos compañeros que han dado su vida por la construcción de un proyecto que hoy está nuevamente en carrera”
Carmén González, una de las integrantes del pannel, ponderó “el compromiso del religioso con los habitantes de la Villa de Retiro”, y reconoció “la gran amplitud que tenía Mugica aún con quienes no profesaban la religión católica». «Era un tipo que hablaba desde el corazón y que estaba abierto a todos, incluso hacia las personas que éramos agnósticas, como era mi caso. Siento que Carlos vive en todos estos pibes que militan y hoy están acá”, añadió.
La periodista que particpó del panel, María Sucarrat, autora de una biografía sobre Mugica titulada “El Inocente” que se publicó en 2010, calificó al religioso como un “hombre político que amaba a la Iglesia, pero que sufría con las sanciones que le aplicaban”.
«Era una persona de armados que perduraban. Armó grupos de militancia política, barrial y religiosa. Trabajó por elevar la dignidad del otro, por la liberación de los pobres en la tierra”, enfatizó.
Trayectoria de un hombre comprometido
Nacido en el seno de una familia de clase alta el 7 de octubre de 1930 en la ciudad de Buenos Aires, Mugica desde su juventud comenzó a trabajar cerca de los pobres.
Comprometido públicamente con el mundo político y, en particular con el peronismo, formó parte del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, que estuvo vinculado a las luchas populares del país en las décadas del `60 y del `70.
Fue capellán en la Villa Comunicaciones de Retiro, hoy conocida como Villa 31, donde fundó la parroquia Cristo Obrero y desde donde ejerció su actividad pastoral entre los que llamó «mis hermanos villeros».
Debido a su militancia social y política, recibió varias amenazas de muerte y diversos ataques e intentos de asesinato.
Finalmente, el cura fue acribillado a balazos el 11 de mayo de 1974 en una emboscada cuando se disponía a subir a su automóvil, estacionado en la puerta de la iglesia de San Francisco Solano, en Villa Luro, tras celebrar una misa.