Juan Carlos Copes Dejó al Mundo sin su Tango.
Como coreógrafo y bailarín, en diciembre de 1955 y al frente de un grupo de bailarines aficionados presentó la primera obra de danzas porteñas de dos horas de duración que bajo el título “Juan Carlos Copes y su ballet de tango” se ofreció en los teatros El Nacional y Tabarís.
Creó espectáculos como «Copes Tango Show», «New Face 62», «Tangos Para El Mundo», «Tango Argentino», “Gotán”, «Tango-Tango», «María De Buenos Aires», «A Rose For Mr. Tango», «Entre Borges y Piazzolla» y «Sentimiento de Tango», entre otros, que conmovieron a públicos de diferentes latitudes.
De todos ellos, «Tango Argentino» fue, sin dudas, el más importante ya que se presentó durante seis meses a sala llena en Broadway y viajó por todo el mundo.
Estrenado en el teatro Chatelet de París en 1983, el musical de Claudio Segovia y Héctor Orezolli, que contó con Copes, María Nieves y Virulazo entre sus bailarines, música del Sexteto Mayor y Raúl Lavié y Elba Berón como cantantes, actuó en los Estados Unidos, la entonces URSS, Alemania, Canadá, Suiza, Austria, Gran Bretaña, Italia, Japón, Argentina y Latinoamérica, entre otras tierras.
«Tango Argentino» fue nominado a tres premios Tony -equivalente teatral del Oscar- en 1986, como Mejor Musical, Mejor Dirección y Mejor Coreografía. En esta última terna, Copes compitió con coreógrafos de la talla de Bob Fosse, Wilford Leach y Richard Waltby.
Ese impacto lo llevó también a los sets de filmación, tomando parte en siete largometrajes, entre ellos, «Tango Baile Nuestro» con Robert Duvall; «Funes, un gran amor» de Raúl de la Torre; «Arena de Tango Mío», de la BBC de Londres; y «Tango» de Carlos Saura.
Copes propagó el tango-danza en lugares como el Julliard School de New York, la Universidad de Stanford, la Universidad de Chicago, la Universidad de La Sorbona en París, teniendo además como alumnos a artistas de la calidad de Liza Minelli, Julio Bocca, Eleonora Cassano, Robert Duvall, Mijhail Barishnikov, e incluso a profesores del Fred Astaire School.
Además, Gene Kelly lo reconoció como su par, deslumbró bailando en la Casa Blanca en el cumpleaños 75 de Ronald Reagan, fue distinguido por la Unesco y el New York Times le otorgó el «Premio a La Danza».
El milonguero se retiró de los escenarios en 2015 aquejado por problemas de salud que su endeble situación económica le dificultaban asumir.
En junio de 2017 difundió su estado de salud en una carta pública donde expresó: “Mi salud es muy precaria y día a día, tengo una batalla con la vida. La verdad es que tengo muchas dificultades para caminar. Estoy muy desmejorado y no tengo ganas de nada».
«Estoy enfermo y con una jubilación de diez mil pesos y un juicio a Tango Porteño (Metro S.A), de Diego Masser y Víctor Blanco (presidente de Racing). Desde el momento que me enfermé, los primeros días de agosto de 2015, nunca más me pagaron mis haberes, usando mi imagen y mi nombre en la puerta y en la marquesina durante diez meses», escribió entonces.