50 Años del Asesinato de Rodolfo Ortega Peña.

Publicado: 31 jul 2024
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El 31 de julio de 1974 Rodolfo Ortega Peña, diputado nacional en ejercicio, historiador revisionista,  abogado laboralista, defensor de presos políticos, intelectual referente del peronismo revolucionario y director de la revista Militancia, fue asesinado por la Triple A en pleno centro de Buenos Aires.

 

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Los hechos que condujeron a la muerte del doctor Rodolfo Ortega Peña, comenzaron en la noche del miércoles cuando el diputado nacional recibió una llamada telefónica en el Congreso, mediante la cual alguien que se identificó como un periodista, de El Cronista Comercial le manifestó su intención de efectuarle un reportaje, preguntándole hasta qué hora permanecería en el edificio del Congreso. Ortega le respondió que iba a estar allí hasta las 21.30.

No obstante, se hicieron las 21.30 sin que se presentara el presunto periodista. Posteriormente, amigos del diputado asesinado consultaron a El Cronista Comercialdonde se les aseguró que ningún integrante de la redacción había pedido un reportaje a Ortega Peña.

A la hora indicada, Ortega abandonó el Congreso y acompañado de su esposa, Elena Villagra de Ortega Peña, se dirigió caminando por Callao hasta avenida Santa Fe. Luego de cenar en un restaurante de la zona, abordaron un taxímetro en la intersección de Santa Fe y Riobamba. Era un Siam Di Tella, patente C371.002, guiado por Santos Vilella; el coche que en definitiva, conduciría a Ortega Peña al lugar de su trágica muerte.

Según el informe oficinal, eran exactamente las 22.25, cuando el taxímetro, luego de transitar por avenida Santa Fe y tomar por Carlos Pellegrini, se detuvo en el cruce de esta calle con Arenales esperando que el semáforo diera paso.

Apenas cruzó Arenales, el coche se detuvo casi sobre la senda peatonal y en doble fila, ya que sobre el cordón estaba estacionado un Citroen y un Fiat 600 rojo.

Ortega y su esposa descendieron del taxi y en momentos en que el diputado estaba pagando el importe del viaje al conductor, avanzó a gran velocidad un Ford Fairlane, verde oscuro.

Según declararon testigos que se encontraban esperando colectivos en las esquinas de Carlos Pellegrini y Arenales, el Ford Fairlane frenó bruscamente y descendieron tres hombres de mediana edad, armados de ametralladoras.

Entonces, con absoluta frialdad y precisión, uno de los hombres se adelantó y poniendo rodilla en tierra comenzó a disparar contra la pareja.

El primer impacto lo recibió la esposa de Ortega, Elena Villagra. El balazo le atravesó de lado a lado el labio superior, sin dañarle milagrosamente ningún diente. Según declaró posteriormente Elena Villagra, le pareció que le había estallado algo similar a una bolsa de agua en la boca y profirió un grito.

El doctor Ortega Peña cayó hacia delante y quedó tendido entre las ruedas delantera derecha del taxi y la trasera izquierda del Citroen estacionado al costado. Al caer golpeó pesadamente contra el paragolpes trasero del Citroen, arrancándolo.

Todo se desarrolló en contados segundos. La ráfaga de balas continuó ininterrumpidamente hasta que el matador –que escondía su rostro enfundado en una media de mujer– vació la carga de su arma. Había no menos de 24 cápsulas servidas en el lugar. El cadáver de Ortega Peña presentaba ocho impactos en la cabeza, uno en la muñeca y otro en el antebrazo –hecho probablemente al intentar cubrirse con el brazo en un gesto en un gesto instintivo- , y el resto en distintas partes del cuerpo.

El primero en confirmar que la víctima era el doctor Ortega Peña, fue el jefe del II Cuerpo de Vigilancia Metropolitana, comisario inspector González, que llegó al lugar poco antes de las 23.

Sobre la medianoche se hizo presente el Jefe de la Policía Federal comisario general Alberto Villar quien apenas dos años antes había irrumpido en la sede central del Partido Justicialista para llevarse los ataúdes con los restos de tres guerrilleros asesinados en Trelew, que enterró clandestinamente.

La reconstrucción del hecho se efectuó en horas de la madrugada, estableciéndose que actuó también un segundo coche como apoyo de los matadores. El juez interviniente en la causa es el doctor Alberto Chiodi.

 

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La primera ejecución con el «sello de fábrica» de la AAA fue la del sacerdote Carlos Múgica, emboscado a la salida de una iglesia en mayo de 1974 en castigo por haber enfrentado la política villera del ministro López Rega y por haber condenado severamente el asesinato, en marzo, del villero Alberto Chejolán.

El 31 de julio la AAA mató en pleno centro y á dos cuadras de la comisaría 15a., al diputado peronista Rodolfo Ortega Peña.

 

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Lopez Rega veía en ellos, además, como peronistas reconocidos por el pueblo, una amenaza a sus planes de vaciar el peronismo de todo contenido, y a su sed personal de poder. Ordenó matarlos, y la AAA los mató por peronistas.

 

En sus primeros ocho meses, la AAA asesinó a 150 personas, ya sea en forma directa o a través de grupos que en el interior del país; solamente en diciembre de 1974 fueron 29 víctimas.

 

Fue una organización terrorista parapolicial de ultraderecha, gestada por su su jefe político José Lopez Rega, con apoyo de la logia italiana Propaganda Due (Licio Gelli) y la CIA  y dirigida por «peronistas»como Julio Yessi, antiperonistas como sus jefes operativos, los comisarios Alberto Villar y Luis Margaride, delincuentes comunes como Anibal Gordon, el subinspector Rodolfo Eduardo Almirón y el comisario Juan Ramón Morales miembros de la Policía Federal, las tres Fuerzas Armadas Argentinas  y la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que asesinó a artistas, sacerdotes y religiosos, intelectuales, políticos, estudiantes, historiadores y sindicalistas, además de utilizar como métodos las amenazas, las ejecuciones sumarias y la desaparición forzada de personas.

En 1974 Villar asumió la jefatura operativa de la Triple A y formó un grupo llamado «Los Centuriones», integrados por unos cien policías, que modificó las características de la agrupación inicial del ministro López Rega para transformarla en un escuadrón de la muerte parapolicial.