80 Años de Marta Argerich.
Martha Argerich cumple este sábado 80 años (5 de junio de 1941) de una vida signada por un precoz y desbordante talento, que la convirtió en una de las más grandes pianistas clásicas a nivel mundial.
Desde su piano de juguete, los tempranos estudios musicales y conciertos en teatros con un repertorio de clásicos, la ayuda de Juan Domingo Perón para que pueda estudiar en Europa hasta la consagración definitiva en el viejo continente su historia se nutre de música.
Nacida en Buenos Aires, Martha Argerich prácticamente aprendió a tocar el piano y a hablar casi en simultáneo; a los doce años, el propio Perón pidió conocerla y le facilitó su viaje a Viena para que continúe su aprendizaje con Friedrich Gulda su gran maestro junto a Vicente Scaramuzza.
Para ello, el entonces presidente le ofreció trabajo en la capital austríaca a los padres de la prometedora artista, entre otras concesiones.
Interpretó a Schumann en el Teatro Colón en 1952 y, bajo la batuta respetada de Washington Castro, la acompañó la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires.
La nena se fue a Europa en 1955, llegó a Viena y se puso a estudiar con Gulda en tanto su padre y su madre ganaban el dinero necesario en la embajada argentina (el padre es un contador, la madre una taquígrafa).
En 1957, ganó las competencias de piano de Bolzano y Ginebra y en 1965, el Chopin Internacional de Varsovia.
Desde entonces, ha sido una de las pianistas más destacadas del mundo tanto en popularidad como en capacidad.
No hizo falta que pasaran muchos años para que los argentinos -y el mundo- tuvieran noticias de la jovencita cuyo talento le reservó un lugar especial en la cima de la música clásica, a partir de sus famosos conciertos en los más célebres coliseos del mundo en los que hacía convivir en su piano a Frédéric Chopin, Franz Liszt, Johann Sebastian Bach, Robert Schumann, Maurice Ravel, Serguéi Prokófiev y Serguéi Rajmáninov.
De esa manera, conformó junto a sus coetáneos Gelber y Barenboim, su gran amigo y uno de sus grandes admiradores, una suerte de «santísima trinidad» de destacados músicos argentinos que brillaban en la meca de la música clásica.
Pero aunque podía coincidir en una reunión con el gran Arthur Rubinstein, quien a modo de elogio la comparó con su admirado Vladimir Horowitz; o ser tratada como una verdadera diva en aquellos ámbitos, Martha Argerich seguía prefiriendo a los artistas que tocaban «en fábricas o prisiones» más que en suntuosos teatros, según confió a su biógrafo.
Quizás esa misma pulsión de no perder contacto con la vida mundana es la que provocó el curioso hecho de que pasara las fiestas de fin de año de 1974, en un departamento de Londres, en una reunión en la que estaba Pappo, quien terminó tocando un poco de rock y blues para ella, de acuerdo a una anécdota contada por el baterista Isa Portugheis, testigo y responsable indirecto de ese casual encuentro.
Fue también en aquellos años en los que la idea de estar sola en un escenario con un piano comenzó a resultarle una verdadera tortura, por lo que decidió que solo actuaría en formatos en donde hubiera más músicos.
Desde entonces, además de no conceder entrevistas, la pianista hace alrededor de medio siglo que ya no ofrece conciertos en soledad, salvo algunas contadas excepciones.
En esa tesitura cosechó premios de todo tipo, se posicionó como una de las más grandes intérpretes de todos los tiempos y regaló momentos de suprema belleza, resaltada por sublimes acompañamientos.
Cuando eligió hablar, como lo hizo para su biógrafo o en la entrevista concedida al periodista Cecilio Flematti para Radio Rivadavia, confesó que de Buenos Aires extrañaba «olores y el helado de dulce de leche», que no está todo el día tocando el piano y que necesita el estímulo de otros artistas para poder concentrarse en la música.
También dijo el año pasado que no tiene objetivos a cumplir en su carrera profesional que la desvelen y que ese esfuerzo lo pone en «vivir y descubrir cosas nuevas». Suena lógico para quien tocar el piano con maestría es prácticamente lo mismo que hablar.
Martha Argerich ha grabado para EMI, Sony, Philips, Teldec, DGG y muchas de sus actuaciones fueron transmitidas por televisión en todo el mundo.
Desde 1998, es la Directora Artística del Festival Beppu en Japón; en 1999, creó el Concurso Internacional de Piano, el Festival Martha Argerich en Buenos Aires y, en junio de 2002, el Progetto Martha Argerich en Lugano.
Fuente: Télam.