Batalla de San Lorenzo.
El Combate de San Lorenzo entre José de San Martín y la escuadrilla española al mando del capitán Juan Antonio Zabala. Fue la primera victoria del general José de San Martín al frente del regimiento de 125 Granaderos a Caballo.
El 3 de Febrero de 1813 el Libertador, Gral. José de San Martín, se enfrenta a la realistas en su única batalla en suelo argentino.
Los Españoles se habían hecho fuertes en la Plaza de Montevideo y empezaron a realizar avances por el río Paraná con el objetivo de saquear y destruir todo asentamiento que se encontraron cerca del río. Por este motivo el Gobierno de Buenos Aires envía al Gral. a defender las costas ribereñas de los realistas.
El Gral. se ubica en el convento de San Carlos, en la actual ciudad de San Lorenzo y ahí plantea la defensa contra los españoles. Estos pensaban en saquear una zona indefensa, eran 250 realistas y dos cañones de artillería.
Estos desembarcaron y se dirigieron con total confianza hacia el convento, 125 granaderos, integrantes del recientemente creado Regimiento de Granaderos a Caballos, núcleo principal de la campaña libertadora, acompañaban a San Martín. Los patriotas no poseían artillería.
El Libertador esconde sus tropas detrás de los muros del convento y los realistas se dirigen a él un 3 de febrero de 1813 a las 5:30 de la mañana. Inmediatamente las defensas argentinas toman desprevenidos a un enemigo superior, dividiendo sus fuerzas en dos y flanqueándolos.
Estos dos grupos de 60 hombres atacaron a los realistas por los flancos derecho e izquierdo con arrojo y tenacidad derrotándolos en solo 15 minutos pese a la resistencia y a la artillería que presentaron.
El resultado favorable terminó con 40 muertos, 14 prisioneros, 12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo. Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas, y una bandera. De la parte patriota se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás heridos.
Se cuenta que en el fragor de la lucha, cayó San Martín de su caballo, quedando su pierna aprisionada y con un hombro dislocado. La valentía de uno de sus granaderos, el legendario Sargento Cabral, inmortalizado en la “Marcha de San Lorenzo”, hizo que diera su vida para salvar a su jefe. Hubo también otro héroe, también llamado Juan Bautista, pero este no fue perpetuado en el recuerdo, aunque también participó en el hecho que evitó la muerte de San Martín. Se trató de Juan Bautista Baigorria.
El coronel San Martín redactó un informe, a la sombra del pino, que pasó a la historia como mudo testigo de la hazaña patria, y que aún vive (el pino de San Lorenzo) dirigido al Superior Gobierno, donde destacaba el valor de su tropa y las acciones y pérdidas sufridas. Se mencionaba además de sus granaderos, al párraco, Dr. Julián Navarro, destacando la ayuda espiritual por él brindada. También se nombra a Hipólito Bouchard que consiguió como botín de guerra, una bandera enemiga.
Contó que en la retirada, murió el capitán Bermúdez por una bala de los vencidos y junto a él, el teniente, Manuel Díaz Vélez, se despeñó de la barranca, al pararse intempestivamente su caballo, siendo alcanzado por las armas realistas.
Mencionó que a pesar de la victoria no pudo erradicarse totalmente las fuerzas enemigas, que diezmadas, escaparon por las bajadas del río, pero vaticinó que fue una lección que difícilmente olvidarían y que seguramente les haría repensar la idea de saquear a los pobladores santafecinos.