Día Mundial del Autismo
El 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una condición que está dentro del grupo de los Trastornos del Espectro Autista (TEA), que también incluyen el síndrome de Asperger y el trastorno generalizado de desarrollo no especificado.
Estas tienen en común diagnósticos similares y solo se diferencian en el grado de compromiso de la condición.
La principal característica de los TEA es que quienes los presentan tienen un déficit en las habilidades sociales.
Evidencian alteraciones en la interacción con los otros y dificultades para integrarse socialmente presentando una exagerada dependencia a las rutinas y una alta intolerancia a la frustración.
Aproximadamente un 1 por ciento de la población mundial padece algún TEA, una condición cuyo origen no está del todo claro y depende de varios factores.
El descubrimiento temprano de esta condición es muy importante, ya que mientras antes se detecte, más fácil es llevar a cabo un tratamiento adecuado.
Generalmente se detecta después de los 3 años e incluso están llegando niños de un año y medio o dos años a los que por suerte se puede diagnosticar.
Es útil conocer algunas señales o indicios que pueden ayudar a su detección:
1. Menores que evitan el contacto visual y se aíslan.
2. Dificultades para relacionarse con los demás o no manifestar ningún interés por otras personas.
3. Presentan complicaciones para comprender sentimientos de otras personas y expresar sus propias emociones.
4. Evitan contacto físico, prefieren evadir los abrazos, con excepción de cuando ellos están interesados.
5. No miran objetos cuando se los señalan y tampoco los indican ellos para mostrar su interés.
6. No participan en juegos de simulación, sino que ordenan o apilan éstos.
7. Tienen intereses más limitados.
8. Repiten o imitan palabras o frases que escuchan.
9. Repiten acciones una y otra vez.
10. Les cuesta mucho adaptarse a cambios en las rutinas.
11. Reaccionan en forma peculiar ante ciertos olores, gustos, tacto, aspecto y sonidos.
12. Pierden destrezas que ya habían adquirido, por ejemplo, dejan de decir palabras.