Miguel Bru, 25 Años Desaparecido.
Este viernes 17 se cumplieron 25 años desde que Miguel Bru, de 23 años, fuera secuestrado, torturado, asesinado y desaparecido en la Comisaría Novena de La Plata.
Se lo considera el primer desaparecido desde la vuelta de la democracia.
Bru estudiaba periodismo en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). El 17 de Agosto de 1993, día de su desaparición, marca un hecho importante en donde vuelve a salir a flote el tema de la violencia policial, el gatillo fácil y la desaparición de personas.
Esto se ve reflejado, sobre todo, en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social a la que asistía Bru. “A través de diversas, charlas, actos y marchas, intentamos mantener viva la memoria, ya que consideramos que la memoria implica verdad, y a la verdad no debiera implicarle otra cosa que no sea la justicia”, explican un comunicado de la institución.
En 2006 la madre de Miguel, Rosa Schoenfeld, recibió el Doctor “Honoris Causa” de la Universidad Nacional de La Plata, al cumplirse 13 años de la desaparición de su hijo.
Hoy la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, conjuntamente con la «Asociación Civil Miguel Bru», continúa exigiendo su aparición y el procesamiento de los y las policías que estaban en servicio en la Comisaría 9º la noche del 17 de agosto de 1993.
Miguel cantaba en una banda punk, Chempes 69. Le habían puesto ese nombre porque uno de los integrantes, que había estado exiliado en Suecia con su familia (es hijo de desaparecidos), se acordaba que a Kempes los suecos lo llamaban Chempes, que quiere decir “luchador”. Y el 69 venía del nombre de la calle. “Quería cantar como Sid Vicious”, cuenta Antonia, una amiga de Miguel, también de la comisión. “Era un desastre, la verdad.”, se sincera. Pero, también recuerdan los pibes, a pesar de que era fanático de Sumo y los Sex Pistols, la banda que hubiera elegido, si le obligaban a quedarse con una, eran los Rolling Stones.
Miguel fue el primer desaparecido en democracia, durante el gobierno de Eduardo Duhalde, vivía en una casa tomada, con varios integrantes de la banda de música y allí ensayaban, hacían reuniones. Allí mismo había sido víctima de dos allanamientos ilegales muy violentos y a punta de pistola, por personal de la Comisaría 9º de La Plata, con la excusa de que los vecinos habían denunciado ruidos molestos, la primera vez, aunque nunca se supo quién fue el denunciante, y la segunda aduciendo un supuesto robo a un quiosco que nunca existió. La policía nunca reconoció estos hechos. En el allanamiento rompieron varios instrumentos y se llevaron a algunos detenidos, sin encontrar rastro alguno de lo que buscaban. Miguel, creyendo que se protegía, luego de consultarlo con su madre, denunció al personal policial.
Esto sin duda agravaría las cosas: empezó a ser víctima de un hostigamiento constante, lo amenazaban diciendo que si no retiraba la denuncia lo matarían, lo insultaban lo perseguían a paso de hombre con sus autos, incluso en presencia de su novia y de sus amigos. Un día fue a cuidar la casa de unos amigos que vivían en el campo a 50 kilómetros de la ciudad de La Plata y desde entonces nunca más volvieron a verlo. Aparecieron, sí, su ropa y su bicicleta ubicadas prolijamente a la orilla del Río de la Plata, cerca del cual se encontraba la casa que Miguel cuidaba. La policía no quería tomar la denuncia por su desaparición en ninguna de las comisarías donde peregrinaba su madre y tampoco quería buscarlo.