9 Años Sin Sandro.
Roberto Sánchez, su verdadero nombre, comenzó su carrera como cantante de rock con la banda «Los de Fuego», pero el éxito le llegó en la década de 1960, cuando se inclinó definitivamente por las baladas románticas.
Durante su adolescencia, Sandro se interesó por la música, aprendió a tocar la guitarra y participó en varios conjuntos de música pop, como Los Caribes o Los caniches de Oklahoma, con éxito desigual, hasta que llegó a «Los de Fuego», el grupo con el que alcanzó la popularidad.
Con esta banda llegó a la pantalla chica y el éxito fue tal que el grupo pasó a ser conocido como «Sandro y Los de Fuego».
En la década de los 60 transitó así una carrera ascendente que lo llevó a ganar el Primer Festival de Buenos Aires de la Canción con el tema «Quiero llenarme de ti» (1967) y a saltar a la pantalla grande con su primera película, también llamada de igual forma (1969), a la que seguirían «La vida continúa» y «Gitano», entre otras.
En 1982, Sandro protagonizó su primera novela, «Fue sin querer», en un canal de Puerto Rico, y al regresar a Argentina condujo durante unos meses el programa musical «Querido Sandro» que, sin embargo, no tuvo el éxito esperado, pese al delirio que despertaba.
«El Gitano», como era llamado, grabó más de 40 discos, con millones de copias vendidas, y actuó en 13 películas.
Con los años, se convirtió en uno de los cantantes más populares de Argentina y sus canciones, que se hicieron famosas en gran parte de Latinoamérica, fueron interpretadas por decenas de artistas locales y extranjeros.
Para muchos, fue una inspiración para el rock nacional y algunos lo consideran el primer rockero argentino.
El rock le rindió su tributo con la grabación, a fines de la década de 1990, de un trabajo en el que un grupo de músicos de bandas como Los Fabulosos Cadillacs y Divididos interpretaron sus temas.
Sus problemas de salud comenzaron a fines de la década de 1990, cuando los médicos le detectaron un efisema pulmonar.
Desde entonces estuvo hospitalizado varias veces en estado grave, pero logró volver a los escenarios, asistido por lo que él llamaba un «micrófono de MacGyver», en alusión al personaje de una serie de TV estadounidense, que le proveía oxígeno.
Con los años, su salud se fue deteriorando y en 2008 se hizo pública la noticia de que necesitaba un trasplante cardiopulmonar, con sus pulmones funcionando a menos del 10 por ciento de su capacidad.
En una entrevista a fines de 2006, cuando ya estaba muy afectado por su enfermedad, contó que había rechazado ofertas para hacer publicidades de cigarrillos.
«Estaría hipócritamente propagando el veneno que a mí me llevó adonde estoy. (…) Pero para mí es como ofrecerle un pibe a un pedófilo, aunque suene fuerte el ejemplo», dijo.
La popularidad de «El Gitano» hizo que cada 19 de agosto, para su cumpleaños, decenas de mujeres se congregaran frente a su casa en la localidad de Banfield, cercada por un enorme muro para evitar el acoso de sus seguidoras.
A comienzos de la década de 1970 actuó en el Madison Square Garden y todo parecía indicar que comenzaba su carrera internacional. Pero eso no sucedió. Según contó, se negó a firmar un contrato por 10 años con condiciones que le parecían excesivas y dijo ser «muy rebelde» para eso.
Con orgullo afirmaba que seguía interpretando sus canciones con los mismos tonos que décadas atrás y que antes de resignarlos prefería no volver a cantarlas.
Luego de 8 meses de internación, el 20 de noviembre de 2009, se le efectuó un doble trasplante de corazón y de pulmones en el Hospital Italiano de la ciudad de Mendoza. El donante fue un joven de 22 años.
Sin embargo, un mes después, le diagnosticaron una neumonía debido al germen hospitalario. Sandro falleció debido a un shock séptico, tras cinco intervenciones luego del trasplante cardiopulmonar y de haber luchado por su vida durante 45 días.