Vitamina D
La vitamina D es un nutriente fundamental para tener huesos fuertes, ya que facilita la absorción adecuada de calcio.
También, participa en el desarrollo del sistema nervioso y actúa protegiendo el organismo de ciertas infecciones.
La mayor parte de la vitamina D se obtiene del sol.
Cuando los rayos ultravioletas (UV) se contactan con la piel, comienza la producción de vitamina D. Pero ojo, cuando te colocas protector solar hará que no se pueda sintetizar esta vitamina, lo que ayudará es evitar el cáncer de piel.
De ahí la importancia de tomar sol en horarios permitidos sin protector solar y por lo menos 20 minutos al día: de 8 AM a 10:30 AM y a partir de las 16:00 P.M. horas.
Algunos alimentos también proveen vitamina D, como los alimentos fortificados: leche y cereales para desayuno, pero estos últimos hay que leer las etiquetas y conocer cuáles son sus ingredientes, ya que en el 80 por ciento de los alimentos industrializados, se encuentran azúcares escondidos.
La recomendación es buscar otras fuentes seguras que no ocasionen otros inconvenientes afectando nuestra salud.
También proveen vitamina D los peces grasos (salmón, atún y caballa), el hígado y los riñones transforman la vitamina D mediante reacciones químicas de manera que el cuerpo puede utilizarla.
En general, los adultos deben consumir 600 unidades internacionales de vitamina D diariamente y 800 unidades internacionales diarias en las personas mayores de 70 años.
La deficiencia grave y prolongada de vitamina D es la causa de desmineralización ósea, como el raquitismo en los niños y la osteomalacia en los adultos y puede llevar a huesos blandos, músculos con dolor.
La deficiencia de vitamina D también puede contribuir a la osteoporosis.
A pesar de que varios estudios han informado que la deficiencia de vitamina D se relaciona además con cansancio, depresión, dolor crónico, cardiopatía, trastornos autoinmunitarios, infecciones, problemas metabólicos y cáncer, los ensayos clínicos sobre los suplementos de vitamina D en las personas que padecen estos males, en general, no han podido mostrar beneficios.
Aquellas personas adultas que no tienen suficiente vitamina D se debe a que presentan una o varias de las siguientes causas:
Puede ser por afecciones en la absorción o el procesamiento de la vitamina D: que pueden alterar los niveles que circulan en la sangre. Por ejemplo, una enfermedad inflamatoria del intestino y la enfermedad celíaca, o haberse sometido a la cirugía bariátrica pueden alterar la capacidad intestinal de absorber la vitamina D.
Parece también que la obesidad reduce o diluye los niveles de vitamina D.
Por su parte, los problemas crónicos del hígado o de los riñones pueden interferir con la conversión de la vitamina D en la forma activa que circula en la sangre, igual que ciertos medicamentos, como los anticonvulsivos y los glucocorticoides.
Las personas con piel más oscura tienen mayor riesgo de deficiencia de vitamina D esto se debe a la gran cantidad de melanina que poseen en la piel que interfiere en la producción a partir de la exposición solar.
La edad también disminuye la eficacia con la que se sintetiza.
Cuando se pasa la mayor parte del tiempo en lugares internos sin sol, generalmente se tienen niveles más bajos de vitamina D.
Fuente: Clínica Mayo