Día Nacional de la Libertad Latinoamericana, Conmemorando el Fallecimiento del General Güemes.
Esta decisión saldó una de las máximas deudas de la historia argentina: el merecido reconocimiento a uno de los principales héroes de las guerras de independencia, una de las gestas clave en la defensa de la libertad de la patria.
Martín Miguel de Güemes, gobernador y caudillo salteño, fue el líder de las milicias gauchas que frenaron hasta siete invasiones de las tropas realistas de España sobre el norte del territorio nacional, tras la declaración de la Independencia el 9 de julio de 1816.
Luego de la Revolución de Mayo de 1810, Güemes se incorporó al Ejército Auxiliar del Alto Perú.
Regresó a Salta a principios de 1815 y poco tiempo después fue electo gobernador provincial.
Al año siguiente, el por entonces Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de La Plata, Juan Martín de Pueyrredón, aconsejado por José de San Martín en su estrategia continental por liberar América del Sur, le confió la custodia de la frontera norte.
Para lograr su cometido, Güemes reclutó un ejército de milicias gauchas de alrededor de 6.000 hombres. Organizados en partidas, los grupos hostigaban a los realistas con golpes relámpago, emboscadas y sabotajes.
Güemes fue el líder de la guerra gaucha.
A pesar de su patriotismo, algunos hacendados de Salta miraban a Güemes con recelo, por la desconfianza que generaban los gauchos armados. En abril de 1821, sectores conservadores de la provincia lograron que el Cabildo de Salta lo depusiera en el cargo de gobernador. Pero, a fines de mayo de ese mismo año, Güemes logró recuperar el poder y castigó a sus adversarios con contribuciones forzosas de dinero, ganado y alimentos.
Hacia fines de 1821, tropas realistas ocuparon Salta y emboscaron al gobernador: Martín Miguel de Güemes falleció el 17 de junio tras recibir un disparo en su cadera.
Güemes sale herido de bala el 6 de junio por la tropilla del coronel español Barbarucho Valdéz cuando lo enfrentó para evitar la ocupación de Salta.
Logró escapar a caballo, mal herido, y debido al padecimiento de hemofilia su herida no supo sanar correctamente, dejando de existir 10 días después.
Pese a su muerte, el espíritu revolucionario de Güemes se mantuvo intacto. Alentados por el recuerdo del líder, sus hombres vencieron a los realistas y los obligaron a replegarse. Las tropas españolas nunca mas volvieron a pisar suelo salteño.