Día de los Intereses Argentinos en el Mar.
A fines del año 2003, el Congreso Nacional sancionó la Ley 25.860 que declaró al 16 de julio como el Día de los Intereses Argentinos en el Mar en reconocimiento a los valiosos aportes en la materia que realizó el vicealmirante Segundo R. Storni (16 de julio de 1876 en Tucumán; 4 de diciembre de 1954)?.
Este oficial, de origen tucumano, perteneció a una prestigiosa generación de marinos que contribuyó al afianzamiento y consolidación de la Marina de Guerra Argentina.
Egresado de la Escuela Naval Militar en 1897 prestó servicio en la mayoría de los buques de la escuadra, participando además de numerosas comisiones a Europa en las cuales se supervisaba la construcción de los buques y se estudiaban las innovaciones tecnológicas propuestas por los modernos astilleros y las discusiones en boga con respecto a las artes de la guerra naval.
Hasta su retiro, en 1935, ocupó los puestos más destacados de la fuerza: Director de la Escuela Naval, Jefe del Estado Mayor General, Director General de Material, y fue comandante de las unidades y agrupaciones navales más importantes.
A lo largo de su carrera, Storni siempre mostró un gran interés en todo lo relativo al enorme patrimonio que concentra el Mar Argentino.
Sensible al paradigma naval de la época (fundado en las premisas del norteamericano Alfred Mahan) analizó la importancia del aquel como fuente de riquezas, vía de comunicación y factor de poder en la trayectoria de las naciones.
Marcaba así un salto cualitativo de importancia en cuanto a la concepción geoestratégica del país: durante el siglo XIX y los inicios del XX la sociedad argentina miró hacia las pampas y las montañas, dándole la espalda al mar y desconociendo la trascendencia y el aporte vital que podía realizar el mar para el desarrollo del país.
Era Storni, precisamente, quien propició la necesidad de consolidar en la mentalidad de los argentinos, la conciencia marítima mediante el análisis y la profundización con base científica.
Storni resaltó que era importante para el país consolidar su poder naval y que el mismo tenía que basarse en tres elementos fundantes: producción, transporte propio y mercado.
Un conocimiento preciso sobre las riquezas y los focos productivos que brinda el mar podían fomentar el desarrollo de la actividad privada, propiciada por el Estado.
Éste, también debía asegurar una fuerte presencia y dominio de las rutas comerciales marítimas a través del impulso a la Marina Mercante, para poder llegar a los mercados con los productos argentinos.
El Poder Marítimo Argentino se completaba, para Storni, con la presencia de una potencia naval militar que protegiera toda la riqueza nacional ante el peligro de una conflagración bélica.