Día Mundial de la Alimentación.
Se celebra cada 16 de octubre y fue proclamado en 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El lema de este año es “Cultivar, nutrir, preservar. Juntos”.
El Día Mundial de la Alimentación se hace un llamamiento a la solidaridad internacional para ayudar a todas las poblaciones, y especialmente a las más vulnerables, a que se recuperen de la pandemia, y a hacer que los sistemas alimentarios sean más resilientes y robustos para que puedan resistir el aumento de la volatilidad y de los choques climáticos, y ofrecer dietas saludables, asequibles y sostenibles para todos, y medios de vida dignos para los trabajadores del sistema alimentario.
La alimentación es uno de los derechos de niños y niñas. Es un pilar fundamental en el crecimiento y desarrollo, tanto por su aporte de nutrientes como por el sostén afectivo que implica la alimentación. La lactancia materna es el mejor ejemplo de cómo la alimentación determina el estado nutricional y la preservación de la salud en todos los aspectos: a corto, largo y mediano plazo; en la protección para enfermedades agudas y crónicas, incluso en la edad adulta.
La promoción y el sostén de la lactancia es posible en todo tipo de población si hay políticas y agentes de salud que trabajen en dicha dirección. Cuando se introducen los alimentos y durante el resto de la vida, el acceso a alimentos saludables y seguros no es universal. Las posibilidades de lograr patrones de comida más saludables respetando cada cultura es un desafío. Se debe contemplar la educación y la accesibilidad a los principales grupos de alimentos.