Acné.

Publicado: 20 nov 2020
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La adolescencia es una de las etapas en donde quizá nuestro cuerpo experimenta un mayor cambio.

Aumento de la estatura, mayor sudoración u olor corporal o cambio en la voz en el caso de los chicos y crecimiento de las mamas en el de las chicas suelen ser algunas de las transformaciones más destacadas en esta etapa.

Uno de los cambios en la adolescencia que más suele afectar a los jóvenes sin importar si es chico o chica suele ser el acné. 

Una alteración en la piel que termina por provocar espinillas y granos y que suele convertirse en todo un problema en esta etapa, sobretodo, si no se sabe tratar adecuadamente.

Si  sufrimos de un grave problema de acné siempre es mejor contar con la opinión de un dermatólogo o nuestro médico de cabecera que seguro nos podrá ayudar mucho mejor con una solución adaptada según nuestro caso.

El acné se produce por una serie de factores que están muy ligados a los cambios que se producen durante la adolescencia y juventud.

Por ejemplo, durante esta etapa se produce un aumento de nuestras hormonas lo que provoca a su vez un mayor crecimiento de una substancia conocida como sebo cutáneo. Dicha secreción, y más concretamente un exceso de esta, provoca que los poros se obstruyan e infecten y se produzca el tan conocido hinchazón y enrojecimiento de nuestra piel dando forma al molesto granito o acné.

Otras de las causas que provocan el acné pueden estar relacionadas con seguir una mala alimentación o poco saludable, la ingesta frecuente de alcohol o el tabaquismo. Diferentes estudios científicos han demostrado en numerosas ocasiones que estos tres factores inciden directamente en nuestra piel perjudicando su salud y alterando su naturaleza. En este caso, solucionar el problema resultará mucho más fácil pues tan solo deberemos cambiar estas conductas para revertir en gran medida el problema.

 

Aunque el acné es algo común y está muy presente durante la juventud y la adolescencia, saber reconocer las causas o factores que lo provocan y poner una solución al respecto nos puede ayudar a que los efectos de este sean menos severos. Nos sorprenderá ver los enormes beneficios que podemos conseguir en nuestra piel con tan solo seguir una sencilla rutina de limpieza e higiene diaria centrada en eliminar el acné.

Llevar una higiene diaria de nuestra piel con el solo uso de agua templada y jabón de ph neutro ayudará a reducir los efectos provocados por el acné. Lo más recomendable es lavar nuestro rostro dos veces al día, por la mañana al levantarnos y antes de acostarse, con ello mantendremos nuestra cara bien limpia, fresca y libre del molesto sebo.

Permanecer durante mucho tiempo al sol puede terminar por dañar nuestra dermis y provocar un aumento del acné. Por ello, siempre que tengas que tomar el sol recuerda utilizar cremas solares de protección y no hacerlo durante mucho tiempo y en las horas de mayor incidencia. Siguiendo este fácil consejo protegerás tu piel hoy y mañana.

Seguramente has escuchado en repetidas ocasiones la frase de “somos lo que comemos”, esto sugiere que lo que comemos diariamente influye de manera directa en nuestra salud y cuerpo. Así pues, intenta llevar una dieta lo más sana y equilibrada posible procurando aportar a tu organismo los nutrientes y alimentos que realmente necesita.

Bien es cierto que actualmente existen muchos productos y cremas cosméticas que te podrán ayudar a mantener bajo control el acné, pero aún así presta mucha atención a qué tipo de cremas utilizas. No todas son de buena calidad o están indicadas para nuestro tipo de piel por lo que podemos terminar por agravar el problema en vez de solucionarlo.

Recordar una vez más la importancia de visitar a nuestro dermatólogo o médico de confianza al menos una vez al año para que este pueda analizar con detenimiento nuestro problema y ofrecernos una solución.