Día Internacional del Implante Coclear.

El 25 de febrero volvemos a celebrar el Día Internacional del Implante Coclear, después de un año que recordaremos durante mucho tiempo.

El implante coclear (I.C.) es una ayuda técnica para paliar las sorderas profundasneurosensoriales.

El primer I.C. se realizó el 25 de febrero de 1957 en Francia y corrió a cargo de los doctores Djourno y Eyres. André Djourno, profesor de física médica especializado enlos usos de la electricidad en el campo de la fisiología, y Charles Eyriès, reputado otólogo, fueron los primeros en devolver la audición a una persona sorda total estimulando eléctricamente las células acústicas dentro del oído interno.

Por ello elegimos el día 25 de febrero para celebrar el Día del Implante Coclear, por ser la fecha del inicio de este gran avance médico y no ser significativa para ninguna marca determinada. Una fecha en la que todas las personas implantadas y profesionales pueden sentirse identificadas.

Justo tras la celebración del año pasado, explotó literalmente la sociedad que conocíamos. La pandemia de la Covid19 alteró nuestro mundo, nuestras costumbres y nuestras relaciones, entrando en una anormalidad que no ha dejado a nadie indiferente.

Los cambios en nuestro entorno han sido enormes, pero específicamente para este colectivo, y para el de todas las personas con problemas auditivos, se han levantado unas enormes barreras que dificultan la comunicación con la obligación (por otra parte justificada por seguridad sanitaria) de llevar continuamente mascarillas, que normalmente son opacas y no permiten la lectura labiofacial.

Todos nos hemos sentido afectados por las nuevas costumbres sociales y comunicativas pero un colectivo especialmente afectado ha resultado ser el de nuestros jóvenes estudiantes. Los colegios, los institutos, las universidades y todos los foros educacionales han pasado de presenciales a semipresenciales o a realizarse totalmente de forma virtual en una primera época y ya en este curso lectivo a una presencialidad “controlada”.

La mala iluminación, los contraluces, los ruidos de fondo de las neveras o de las lavadoras de las casas de los profesores que imparten las clases online ha sido un continuo problema para el alumnado.

Sabemos y somos conscientes de que todos nos hemos tenido que adaptar a esta situación con más o menos fortuna y no se puede pedir a un profesor que siempre ha dado sus clases presencialmente, que en una semana, sepa hacerlas accesibles a través de Internet.

Todo está siendo, para todos, muy duro, con mucha frustración y mucha preocupación.

Delante de los grandes problemas que se nos presenten, ahora y en el futuro, el espíritu es siempre de buscar soluciones y continuar avanzando para reclamar nuestro puesto en la sociedad, en igualdad de oportunidades.

Nada ni nadie impedirá que nos comuniquemos.