Día del/la Barrendero/a
Cada 14 de junio se celebra el Día del Barrendero en homenajea a Mauricio Silva, sacerdote uruguayo que barría las calles de la Ciudad de Buenos Aires y desapareció en 1977.
Se instauró en 2014 con la aprobación de una ley del Congreso de la Nación. La Diputada Nacional del Movimiento Evita Adela Segarra fue la autora de la ley que conmemora este día. Con esta iniciativa se busca homenajear a los barrenderos que cada día realizan una tarea que no es siempre bien valorada y a su vez reconocer en Silva a todos los trabajadores.
Ambas profesiones parecen incompatibles, pero el hombre se las arregló para compatibilizar su vocación por difundir la fe y su trabajo junto a los más humildes, desde que comenzó el seminario salesiano en Córdoba y luego trabajó junto a monseñor Jaime de Nevares y monseñor Jaime Angelelli, dos obispos referentes de la lucha por los derechos humanos.
En los años setenta, el sacerdote decidió formar parte de la Fraternidad de los Hermanitos de los Pobres, una hermandad inspirada en la vida del religioso francés Charles de Foucauld, que se dedicaba por completo al servicio de los pobres.
La fecha está relacionada con que el 14 de junio de 1977 el sacerdote que desde 1974 trabajaba barriendo las calles para la Municipalidad de Buenos Aires y alzaba su voz para pedir por las condiciones de trabajo de quienes se ocupaban de la higiene urbana fue secuestrado por varios hombres que bajaron de un Falcon caprichosamente blanco en la esquina de Terrero y Magariños Cervantes, en el barrio porteño de La Paternal y lo hicieron ingresar al vehículo. Luego la historia se desdibuja. Cuentan que estuvo en la Comisaría 41°, en el Hospital Borda y hay testimonios de que lo vieron en los centros clandestinos de detención de Campo de Mayo y del Club Atlético.