Mafalda Cumple 59 años.
Mafalda es una nena terrible, simpática y atrevida, que vive en la Argentina de mediados de los 60 y principios de los 70.
Cumple 59 años este 29 de septiembre (publicada en 1964). Es una de las historietas latinoamericanas más emblemáticas y aclamadas por todo el mundo.
Es nacida de una típica familia de Buenos Aires (porteña) de clase media.
Esta niña, como todas, tiene una familia y unos amigos que forman su pandilla. Va a la escuela y, en verano, cuando le salen las cuentas a su papá, va de vacaciones. Pero Mafalda no es una niña como otra cualquiera. Humilde y comprometida con las etnias, le preocupa el mundo y no entiende como los adultos pueden llevarlo tan mal.
Es famosa en el mundo entero por la gracia de sus preguntas, la inocencia de su mundo y la altura de sus ideales. Luchadora social incansable, emite manifiestos políticos desde su sillita con una inocente falta de inocencia. Puede decirse que es una revolucionaria más allá del lápiz y el papel. A través de Mafalda y su entorno, su autor, Quino (Joaquín Salvador Lavado), reflexiona sobre la situación del mundo y las personas que en él vivimos.
Te dejamos un listado de algunas de las frases más importantes de Quino, algunas dichas por él y otras atribuidas a la icónica Mafalda, que nos ha regalado más de una sonrisa y muchas cosas en que pensar para mejorar el mundo en sus tiras cómicas:
- ¡Paren el mundo, que me quiero bajar!
- La sopa es a la niñez lo que el comunismo es a la democracia.
- Cada ministerio con su mini-histeria.
- ¡Sonríe, es gratis y alivia el dolor de cabeza!
- Es curioso, uno cierra los ojos y el mundo desaparece.
- Siempre es tarde cuando la dicha es mala.
- Si no haces cosas estúpidas cuando eres joven, no tienes nada de qué sonreír cuando estás viejo.
- Como siempre, lo urgente no deja tiempo para lo importante.
- A final de cuentas, la humanidad no es más que un sándwich de carne entre el cielo y la tierra.
- En todas las partes del mundo ha funcionado muy bien la ley de las compensaciones, al que sube la voz le bajan la caña.