Día del Pensamiento Nacional
«Institúyase el día 13 de noviembre ‘Día del Pensamiento Nacional’, en homenaje al nacimiento del escritor y pensador Arturo Martín Jauretche», dice la Ley Nº 25.844, promulgada en 2004 por el ex Presidente Néstor Kirchner.
En memoria al nacimiento del escritor y pensador Arturo Martín Jauretche, el 13 de noviembre de 1901 en la localidad de Lincoln, provincia de Buenos Aires, se conmemora el Día del Pensamiento Nacional.
Jauretche fue, ante todo, un político de fuerte vocación por el bien común, pero por obra de la marginación padecida y de la chispa de su ingenio pasará a ser más conocido como ensayista y escritor. Militó en las filas del radicalismo yrigoyenista. Allí se convirtió, a partir del derrocamiento del Presidente Hipólito Yrigoyen, en uno de los protagonistas de la lucha callejera contra los presidentes de facto, los generales José Félix Uriburu y Agustín P. Justo.
Pero por sobre todas las cosas se lo recuerda por ser partícipe en 1935 de la fundación de FORJA («Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina»), constituida bajo el lema «Somos una Argentina colonial, queremos ser una Argentina libre». Desde allí denunció junto a sus amigos el Estatuto Legal del Coloniaje, levantándose su voz en las improvisadas tribunas esquineras, erguido sobre cajoncitos de cerveza, apostrofando las entregas y los latrocinios de la llamada «Década Infame».
El fundador de FORJA será el «enlace obligado y dialéctico entre los dos grandes movimientos nacionales del siglo pasado: el yrigoyenismo, ya declinante, y el peronismo, surgente y caudaloso». Él se constituirá en la conciencia activa de la vieja Argentina y de la que nacía en las jornadas del 17 de octubre de 1945, de un nuevo eje político-social bastante parecido al que había postulado en su insobornable lucha.
El peronismo de la primera etapa «sería inconcebible sin el pensamiento y la acción de Jauretche, que le trasmitirá la tradición del nacionalismo democrático procedente de las más antiguas raíces».
Al caer el peronismo en 1955, Jauretche formará parte «del puñado de argentinos que salieron en defensa de la historia, las conquistas y logros alcanzados por la Revolución Nacional acaudillada por el General Juan Domingo Perón».
La prosa de Jauretche se emparentaba con la antigua tradición de los Hernández, Sarmiento, Mansilla y Balestra, entre otros. Era una prosa «hablada», pues no solía escribir, dictando sus artículos después de imaginarlos. Ese estilo será el que satirizará y demolerá, política y estéticamente, a la petrificada cultura aristocrática, logrando cautivar a importantes sectores de las clases medias.
Frases de Jauretche:
- Los intelectuales argentinos suben al caballo por la izquierda y bajan por la derecha.
- El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza.
- Ignoran que la multitud no odia, odian las minorías, porque conquistar derechos provoca alegría, mientras perder privilegios provoca rencor.
- No existe la libertad de prensa, tan sólo es una máscara de la libertad de empresa
- Las disputas de la izquierda argentina son como los perros de los mataderos: se pelean por las achuras, mientras el abastecedor se lleva la vaca.
- Yo no soy un «vivo», soy apenas un gil avivado.
- La política es la historia del presente y la historia es la política de épocas pasadas.
- El nacionalismo de ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba del padre; el nuestro, se parece al amor del padre junto a la cuna del hijo (…) Para ustedes la Nación se realizó y fue derogada; para nosotros, todavía sigue naciendo.
- Todos los sectores sociales deben estar unidos verticalmente por el destino común de la Nación (…) Se hace imposible pensar la política social sin una política nacional.
- Es frecuente el error de oponer la política realista a la política idealista. Error que proviene de confundir al político practicón con el realista. El practicón que es un simple colector de votos o fuerzas materiales. El realismo consiste en la correcta interpretación de la realidad y la realidad es un complejo que se compone de ideal y de cosas prácticas(…) Ni escapa al círculo de los hechos concretos por la tangente del sueño o la imaginación, ni está tan atado a lo concreto que se deja cerrar por el círculo de lo cotidiano al margen del futuro y el pasado. Para una política realista la realidad está constituida de fines y medios, de antecedentes y consecuentes, de causas y concausas.
- Lo actual es un complejo amasado con el barro de lo que fue y el fluido de lo que será.
- La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado o la dirigen los poderes económicos. Estamos en un mundo económicamente organizado por medidas políticas, y el que no organiza su economía políticamente es una víctima. El cuento de la división internacional del trabajo, con el de la libertad de comercio, que es su ejecución, es pues una de las tantas formulaciones doctrinarias, destinadas a impedir que organicemos sobre los hechos nuestra propia doctrina económica.
- La falsificación (de la historia) ha perseguido precisamente esta finalidad: impedir, a través de la desfiguración del pasado, que los argentinos poseamos la técnica, la aptitud para concebir y realizar una política nacional. Mucha gente no entiende la necesidad del revisionismo porque no comprende que la falsificación de la historia es una política de la historia, destinada a privarnos de experiencia que es la sabiduría madre.
- Los argentinos apenas si tendremos para pagarnos la comida de todos los días. Y cuando las industrias se liquiden y comience la desocupación, entonces habrá muchos que no tendrán ni para pagarse esa comida. Será el momento de la crisis deliberada y conscientemente provocada (…) No habrá entonces más remedio que contraer nuevas deudas e hipotecar definitivamente nuestro porvenir. Llegará entonces el momento de afrontar las dificultades mediante la enajenación de nuestros propios bienes, como los ferrocarriles, la flota mercante o las usinas.
- Si malo es el gringo que nos compra, peor es el criollo que nos vende.
- No se trata de cambiar de collar, sino de dejar de ser perro.
- La juventud tiene su lucha, que es derribar a las oligarquías entregadoras, a los conductores que desorientan y a los intereses extraños que nos explotan