Día Internacional de las Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas, y de la Diáspora.

Publicado: 25 jul 2024
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El 25 de julio de 1992 mujeres afrodescendientes de 32 países de América Latina y el Caribe se reunieron en República Dominicana para visibilizar sus luchas y resistencias definiendo estrategias que les permitieran enfrentar distintas formas de opresión como el racismo, el sexismo, la exclusión, la violencia y la pobreza desde una perspectiva de género.

 

Desde entonces se instituyó esta fecha como *Día Internacional de la Mujer Afrolatinoamericana, Afrocaribeña y de la Diáspora.

 

Según datos provenientes de los censos nacionales de la ronda de 2010 referidos en el documento Mujeres Afrodescendientes en América Latina y el Caribe,, publicado en 2018 por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y las Naciones Unidas, Brasil es el país con mayor porcentaje de población afrodescendiente de América Latina y el Caribe (50.9%).

Le siguen Cuba (35.9%), Puerto Rico (14.8%), Colombia (10.5%), Panamá (8.8%), Costa Rica (7.8%) y Ecuador (7.2%).

Los demás países de la región presentan porcentajes de población afrodescendiente inferiores al 5%.

El documento de la Cepal resalta que la situación actual en que viven las mujeres afrodescendientes de la región revela que todavía existen profundas inequidades frente a otros grupos sociales.

El escrito señala, además, que la mujeres afrodescendientes permanecen invisibilizadas como sujetos de políticas diferenciadas, padecen de la pobreza en niveles que suelen ser más altos que el resto de la población, están subrepresentadas o ausentes en los procesos de toma de decisiones y ven más vulnerados su derecho y el de sus comunidades de vivir una vida libre de violencia.

Sumado a eso, el documento insiste: “La ausencia de los afrodescendientes en las estadísticas oficiales de los países funciona como una manera de reforzar el racismo, en la medida en que esta población no es visibilizada en el conjunto de la sociedad”.

“Datos de algunos países de la región muestran que, aunque hayan alcanzado el mismo nivel educativo que sus pares, las mujeres afrodescendientes perciben ingresos menores que los hombres afrodescendientes y las mujeres y hombres no afrodescendientes, evidenciando una brecha en los ingresos laborales fruto de la intersección entre las discriminaciones étnico-racial y de género”.

A su vez, Cepal reconoce la existencia de una amplia cantidad de mujeres jóvenes desvinculadas de los principales ejes de la inclusión social: el sistema educativo y el mercado laboral. Tal como sugiere el escrito, eso ocurre en gran parte por las responsabilidades familiares y de cuidado que se les asignan.

A modo de conclusión, la Unesco insiste en la necesidad de acabar contra la violencia racial y la exclusión hacia la mujer afrodescendiente, combatir la intolerancia y los estereotipos.