6 de Agosto de 1981, la Dictadura Incendia «El Picadero».
Un teatro en llamas es quizás sea una de las imágenes más contundentes a la hora de explicar lo que significó el arte y la cultura para la dictadura cívico-militar iniciada en 1976.
El Teatro El Picadero fue inaugurado en 1980 por Antonio Mónaco, ubicado en el Pasaje Enrique Santos Discépolo 1857 de la Ciudad de Buenos Aires.
Durante la madrugada del 6 de agosto de 1981 un comando militar incendió las instalaciones del Teatro del Picadero tan sólo una semana después de la inauguración de Teatro Abierto, aquel ciclo mítico impulsado por un colectivo de dramaturgos que Osvaldo Dragún definió alguna vez como “marginal, contrabandista y fuera de todo circuito de promoción”.
El movimiento se gestó como respuesta a dos episodios muy concretos que los autores vivieron como una humillación: por un lado, la sentencia de Kive Staiff (por entonces director del Teatro San Martín), cuando en una conferencia de prensa de 1980 respondió a un periodista que la programación del año siguiente no incluiría dramaturgos nacionales porque “no existían”; por otro, la supresión de la cátedra de Teatro Argentino Contemporáneo en el Conservatorio de Arte Dramático por acción de la interventora.
Teatro Abierto fue, además, un ciclo popular. Las localidades eran accesibles –costaban la mitad de una entrada de cine– y los espectadores llegaban al pasaje Rauch desesperados por ocupar las graderías del Picadero.
A pesar de su corta vida, el Teatro Picadero dejó una huella imborrable en la historia del teatro argentino.
Se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad de expresión y la defensa de los derechos humanos. Tras años de lucha y gestión, en 2007, el espacio reabrió sus puertas bajo la dirección de Sebastián Blutrach, manteniendo viva la llama del teatro independiente y comprometido.
En la actualidad continúa siendo un referente cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Su cartelera ofrece una programación diversa que incluye obras de teatro independiente, danza, música y performances. El espacio también funciona como centro de formación y experimentación artística, fomentando la creación y el desarrollo de nuevas propuestas teatrales.