Ricardo Forster, Pensador Nacional, en Comunas un Desafío.
En nuestro programa del sábado tuvimos la palabra en vivo del pensador nacional y filósofo Ricardo Forster tocando varios temas de la actualidad nacional y del proceso político «reinante» en la Argentina desde el 10 de diciembre del 2023.
Así comenzó la entrevista:
«No me gusta lo de <pensador nacional> porque siempre las palabras hay que colocarlas en su justo valor y si vos decís que nacional está vinculado a una crítica de la globalización neoliberal lo asumo sin ningún inconveniente ahora si decís que pensador nacional está ligado a una tradición de un nacionalismo como el que existía en la Argentina en los años 30 casi 40, un nacionalismo más bien <oligarcón> o como podría ser el pensamiento actual de ciertas extremas derechas que hacen de lo nacional una variante neoracista contra los extranjeros como son las extremas derechas europeas o un nacionalismo berreta y progresista como es el de Villareal hoy acá en la Argentina.
Pensador me siento más a gusto, pensando en términos de emancipación, con libertad asociada a la construcción de una sociedad igualitaria con justicia social, latinoamericanista, un pensamiento tercerista latinoamericano, me siento más a gusto, digamos con la definición, si no se aclara como estoy tratando de hacerlo, lo que significa nacional y lo que puede significar en términos equívocos.
Efectivamente este es un tiempo oscuro, difícil, la derrota electoral no fue una simple derrota electoral sino que nos obliga a revisar muchas cosas incluso a mirar desde otra perspectiva lo que fue sucediendo para llegar a la situación en la que estamos, algo que parecía imposible como imaginar siquiera como personajes a lo Milei pudiera estar dirigiendo los destinos del país con lo que eso significa en términos de destrucción, de crueldad, de injuria, a lo mejor de las tradiciones políticas y culturales de nuestro país, quiero decir, la desesperanza, cierta desolación, la perplejidad son razonables a 8, 9 meses de esa derrota electoral y haber subido un gobierno como el de Milei que está llevando adelante una destrucción generalizada de la vida en común, eso está claro.
Si hay algo propio de las grandes tradiciones populares es haber atravesado tiempos de tormentas, dificultades, derrotas, uno no puede dejar de imaginar como es posible de pensar las consecuencias en su momento de la derrota del 76; en el 76 la Argentina entró en una noche salvaje con consecuencias espantosas en todos los órdenes, el principal fue la matanza, la masacre, las desapariciones pero también fue una masacre cultural política, una transformación profunda, de la Argentina y sin embargo, de un modo u otro se logró abrir otras perspectivas, reinaugurar horizontes democráticos, de la misma manera que los días finales de la década del 90 o lo que estalló en el 2001 no hacía imaginable en corto plazo se pudiera encontrar una dinámica de nuevo, de entusiasmo, muy de participación y de horizontes como se abrió en mayo del 2003. Con esto quiero decir que a veces el presente te ahoga, te impide leer un poco más allá del ombligo digamos, digamos de lo que estás viviendo, entiendo que el peso de la destrucción, económico, social es inmenso, que la mayoría de las personas hoy están viendo como hacen para sobrevivir, cuando uno solo piensa en la sobrevivencia le queda muy poco tiempo para imaginar alternativas, para imaginar compromisos, para actuar, entonces tenemos que salir de ese estado de pasividad, de desolación, de angustia, y también de lo que significa insisto tener que estar todo el día pensando como llegamos a fin de mes, para reconstruir lo que es parte de un movimiento social, político, cultural que ha sido persistente y seguirá siéndolo en la Argentina.
Lo que estoy diciendo también por supuesto implica una revisión crítica respecto a nuestros posicionamientos, a nuestras experiencias, no podemos salir intocados como si nada hubiera sucedido de una derrota que llevó a esto que nos gobierna, digo esto casi en un sentido de lo impronunciable, es una aberración, estamos en el medio de una aberración que ataca lo económico, lo social, pero también ataca lo cultural, la educación, que ataca la convivencialidad, y hace también a un desgaste de la idea de lo político, de las prácticas políticas, de la militancia, de la organización porque eso pasó también en su momento con los fascismos históricos, el crecimiento actual de las extremas derechas en muchos países del mundo es proporcional a la desilusión, a la despolitización, y a la monstruosidad de ciertos posicionamientos que hoy representan por ejemplo, los Milei de este mundo, entonces obvio, que hay que focalizar muchísimo en reconstruir los tejidos de participación, reconstruir esperanza, la credibilidad es fundamental, está claro que no nos podemos permitir volver a reiterar experiencias políticas, sin ser las únicas causales, tienen una parte de responsabilidad en el desastre que estamos viviendo.»
Preguntamos por su participación política en los tiempos que vienen: