A 55 Años del Gol del «Chango» Cárdenas al Celtic.
«Tirá, Chango, tirá!!!» Le gritó el Bocha Humberto Maschio. El Chango le hizo caso. Tiró, la colgó de un ángulo y entró en la historia.
Si, a veces, un instante define una vida, el gol que Juan Carlos «Chango» Cárdenas le marcó al Celtic Glasgow la tarde del sábado 4 de noviembre de 1967 en el estadio Centenario de Montevideo para ganar por 1 a 0 la final de la Copa Intercontinental de ese año, lo instaló para siempre en la memoria emotiva de nuestro fútbol.
Fue un gol que gritaron todos, los hinchas de Racing y los otros. Porque era otro país y porque la epopeya de aquel inolvidable «equipo de José» fue también la de toda una Argentina por entonces sedienta de glorias internacionales.
Aquel gol del Chango Cárdenas valió un título mundial, el primero del fútbol argentino. Y desde hace 55 años, los hinchas viejos y los hinchas jóvenes, cada vez que lo ven, lo siguen gritando como aquel primer día.
Este año su autor se fue al cielo para abrazarse con Agustín Mario Cejas, el Mariscal Roberto Perfumo, el Panadero Díaz, el Toro Norberto Raffo y Juan José Pizzuti, el técnico de ese Racing indeleble al olvido.
Los tres partidos detuvieron el pulso de la Argentina futbolera. Y Racing fue el equipo de todos, sin distinción de banderías o partidismos. Después de perder 1 a 0 en Glasgow el 18 de octubre, el 1º de noviembre y ante una multitud de casi 100 mil espectadores en el Cilindro de Avellaneda, la Academia pudo revertir un gol de penal de Jimmy Johnstone, un endiablado puntero derecho escocés, y pasó a ganar 2 a 1 con un gol de cabeza de Raffo y otro de Cárdenas con un zurdazo cruzado a los 4 minutos del segundo tiempo. Hubo que ir a Montevideo 72 horas más tarde a jugar el desempate a todo o nada. Y aunque 25 mil racinguistas cruzaron el Río de la Plata, el resto del estadio, íntegramente uruguayo, alentó estruendosamente a los escoceses.
El partido fue una batalla. Hubo cinco expulsados (Basile y Rulli en Racing. Lennox, Hughes y Johnstone en Celtic) y de fútbol, casi nada, Ganaba el que hacía el primer gol. Y lo hizo Cárdenas: tomó una pelota a 45 metros del arco escocés, avanzó un par de pasos, escuchó el grito de Maschio (que fue también el grito de millones de argentinos) y despachó aquel zurdazo inmortal que perforó el ángulo superior derecho del arco de Fallon. El gol más importante de todos los tiempos de Racing.