Acuerdo Mercosur-Unión Europea.

Publicado: 29 jun 2019
Comentarios: 0
Las negociaciones entre la Unión Europea y el Mercosur se llevan adelante desde 1995. Desde la presentación de las ofertas en 2004 hasta el 2008 únicamente se realizaron reuniones a nivel político para reafirmar el interés de las partes en continuar negociando.
La falta de acuerdo entre partes: Mercosur-Unión Europea dada la decisión de los gobiernos de Argentina y Brasil de no ceder ante los intereses ofensivos de Bruselas, llevó la negociación a un punto de virtual estancamiento hasta diciembre de 2015.
El cambio de signo político que se produjo en las dos principales economías del Mercosur dio lugar a una nueva etapa en el proceso negociador.
Bajo discursos que manifestaban la “demora proposital de los gobiernos populistas” para sellar el acuerdo, la necesaria “reinserción en el mundo” y que la retirada de Venezuela del bloque tuvo un “efecto dinamizador”, se trata de obviar el verdadero objetivo de estos gobiernos en su política exterior: anclar con compromisos internacionales las reformas estructurales que se pretenden implementar en la región.
El Acuerdo apunta a consolidar una especialización productiva en donde nuestro país se limitará a funcionar como un proveedor internacional de materias primas, sin posibilidad alguna de diversificar sus exportaciones. Mientras tanto, la UE busca facilitar el acceso a sus productos industriales, ampliando su participación en el suministro de productos y servicios intensivos en capital y tecnología.
El acuerdo de asociación estratégica que suscribieron en Bruselas las autoridades del Mercosur y la Unión Europea abrirá el mercado regional sudamericano a los productos industriales del viejo continente, a cambio del acceso cuotificado, y cumpliendo severas restricciones sanitarias, de productos agrícolas o agroindustriales sudamericanos.

La Cancillería argentina presentó el acuerdo alcanzado con la Unión Europea como una gran conquista después de más de veinte años de negociaciones infructuosas.

Asegura, al repasar los beneficios de «accesos a mercados», que:

* Europa «liberaliza cerca del 100 por ciento de su comercio, el Mercosur lo hace en un 90 por ciento».

* La UE ofrece la liberalización completa e inmediata de aranceles para el 80 por ciento de las exportaciones del Mercosur de productos industriales.

* El Mercosur obtiene plazos amplios de hasta 15 años para liberalizar sectores sensibles en forma gradual.

* El acuerdo favorece el comercio intraindustrial al reducir los aranceles para insumos y bienes de capital.

* El acuerdo UE-Mercosur eliminará la mayor parte de los aranceles a las exportaciones europeas al mercado suramericano y hará a las empresas comunitarias más competitivas al ahorrarles 4.000 millones de euros en derechos de aduanas al año.

* Abrirá nuevas oportunidades en el Mercosur para las empresas europeas que participan en licitaciones públicas de los gobiernos o que proveen servicios informáticos, de telecomunicaciones o transportes, entre otros.

 

 

 

 

Para los dirigentes de sectores industriales y para el sindicalismo argentino, no son beneficios sino altísimo riesgo para las empresas argentinas de perder posiciones frente a la competencia europea, con escasa o nula posibilidad de acceder a los mercados europeos a cambio.
El gobierno argentino, por ejemplo, confía en que la apertura a la participación de empresas europeas en las compras públicas, la libre circulación de flotas de ese origen por las vías fluviales internas y en la oferta de servicios, promoverá la instalación de firmas del viejo continente en el Mercosur.
Algunos especialistas sugieren, sin embargo, tomar en cuenta el número de empresas extranjeras que levantarían sus filiales en el país cuando consideren que les será más conveniente proveer a los mercados locales desde el exterior. Se señala que eso es lo que sucederá, por ejemplo, en varias firmas del complejo automotor.
El acuerdo implica la gradual reducción a cero de los aranceles en prácticamente la totalidad de las posiciones del comercio entre los bloques. El Mercosur accedió a liberalizar el 90 por ciento de su comercio bilateral con la UE a lo largo de los próximos diez años. La entrada en vigencia del tratado pondrá en riesgo 186 mil puestos de trabajo industriales en Argentina.
El impacto laboral del proceso de desregulación y reducción de aranceles estará concentrado por sectores como metalmecánica, calzado, textil, marroquinería, muebles, autopartes, química y automotores.
Brasil tendrá similares consecuencias a las de nuestro país; Paraguay y Uruguay no tienen industrias y el impacto negativo será casi nulo.
En el marco de la negociación la UE no reconoce en ningún tramo el concepto de asimetría entre las partes, y avanza en consecuencia. Pese a que quintuplica en PBI al Mercosur, registra casi 10 veces más patentes al año, y más que duplicó sus exportaciones a la región en los últimos diez años, ha obtenido hasta el momento un sinnúmero de concesiones en materia de desgravación de bienes, reglas de origen, compras públicas, servicios y establecimiento y propiedad intelectual, entre otras.
La UE aplica numerosas medidas sanitarias y fitosanitarias que obstaculizan las importaciones al mercado comunitario. La mayoría de estas medidas genera grandes inconvenientes a países como la Argentina, pues se prestan a un alto nivel de discrecionalidad en las actuaciones de los Estados miembros.
Como ejemplo: 
Propiedad intelectual: La extensión de los plazos de protección reclamada por la UE permitirá a los laboratorios extranjeros gozar de la exclusividad de comercialización de nuevos medicamentos por 5 años y de agroquímicos por 10 años más.
La UE demanda además que se adopte la “protección de datos de prueba” por el plazo de 5 años, una medida que generaría derechos exclusivos distintos de los que otorgan las patentes en favor de la compañía farmacéutica (extranjera) que registre un producto original en Argentina. Permite retrasar la entrada al mercado de medicamentos genéricos. La UE impone la exclusividad sobre los nombres idénticos a las Indicaciones Geográficas (IG) europeas o sus traducciones como así también cualquier término, gráfico, dibujo o emblema que las “evoque” como el Vino Toro o el queso parmesano.
Datos: En el caso de Argentina en el primer trimestre del 2017 la balanza comercial fue deficitaria en 723 millones de US$. Es decir, el déficit aumentó un 328% en comparación con mismo periodo del año precedente.
Fuente: Raúl  Dellatorre, Red de Observatorios de la República Argentina (Red Observar), integrada por la Fundación Soberanía Sanitaria, el Observatorio de Coyuntura Internacional y Política Exterior (OCIPEx), la Fundación Grupo Efecto Positivo (FGEP) y el Centro de Economía Política Argentina (CEPA).