Asesinato de Luciano Arruga.
El 31 de enero de 2009 a la noche, Luciano Nahuel Arruga salió de su casa en el Barrio 12 de Octubre, en el partido bonaerense de Lomas del Mirador con tan sólo $1,50 para ir a un cyber cercano.
El adolescente de 16 años nunca regresó. Pasaron cinco años y ocho meses hasta que se encontró el cuerpo del joven, enterrado en el cementerio de la Chacarita como N.N. Según documentos oficiales, murió en la madrugada del 1 de febrero, en un accidente de tránsito.
La familia acudió a todos los lugares comunes para saber que había sucedid con el adolescente, seguros de que habría sido víctima de la violencia institucional por parte de policías de la Bonaerense.
Con su hermana Vanesa a la cabeza, acompañada por personalidades defensoras de los derechos humanos y diversas organizaciones la que impidió que el caso pasara al olvido y la que, en definitiva, permitió que en octubre de 2014 los restos de Luciano fueran identificados en una fosa del Cementerio de la Chacarita.
En 2015 la familia consiguió un poco de justicia. El policía Julio Diego Torales fue condenado a diez años de prisión por ser hallado culpable de torturar a Luciano en el mismo destacamento de Lomas del Mirador en el año 2008, meses antes de que la misma Bonaerense lo desapareciera, torturara nuevamente y finalmente asesinara.