Caída en la Industria.

Desde la crisis del 2001 no se registraban estos números en la industria argentina.

En diciembre del 2018 la utilización de la capacidad instalada para producir se ubicó en el 56,6 por ciento según datos del INDEC.

Es el peor registro desde el 2002 cuando promediaba el 49,9 por ciento.

Parece reiterado buscar justificativos en: la caída del consumo interno por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, el impacto en sus costos por la devaluación del peso, los tarifazos en los servicios públicos y los combustibles, los altos niveles de tasas de interés que tornó inviable el acceso al crédito y la apertura a las importaciones, pero sin dudas que ahí esta la explicación a este brutal descenso productivo generado en estos tres años de políticas que buscaron ese rumbo.

Los rubros con los más bajos desempeños en diciembre fueron el automotor, con 25,6 por ciento, el textil, con 32,3 , el metalmecánico, con 42,8, caucho y plástico 47,2, edición e impresión 48,9 y el tabaco 56 por ciento.

Por encima del promedio general se ubicaron refinación del petróleo (77,4 por ciento), industrias metálicas básicas (69,4), papel y cartón (66,8), sustancias y productos químicos (66,4), productos minerales no metálicos (61,5) y productos alimenticios y bebidas (58,9), según el INDEC.

La capacidad instalada es el potencial máximo de producción que puede lograr una empresa o un sector durante un período determinado y la medición de su utilización, por carácter opuesto, refleja la capacidad ociosa de la actividad como respuesta a una menor demanda.