Ciberludopatía.
En la era de la tecnología y la conectividad, las adicciones han evolucionado para abarcar nuevos territorios, y una de las más prominentes es la ciberludopatía.
Esta condición, también conocida como ludopatía en línea o adicción al juego en línea, se caracteriza por el impulso compulsivo de jugar y apostar en juegos digitales, como casinos en línea, apuestas deportivas, y juegos de azar en redes sociales y aplicaciones móviles.
La preocupación es que el juego virtual genera una adicción aún más rápida, que la que se considera como ludopatía. Si las máquinas físicas normalmente desarrollan esta patología en 5 años, se estima que el juego virtual solo necesita 2 años para captar a la persona.
La ciberludopatía no discrimina y puede afectar a personas de todas las edades, géneros y clases sociales. Sin embargo, algunos grupos pueden ser más susceptibles que otros. En los últimos tiempos, han sido los docentes y padres quienes advierten de un aumento de las apuestas online en estudiantes adolescentes y menores.
Aquellos que crecieron en un entorno digital, pueden estar más expuestos a los riesgos. Las personas que experimentan altos niveles de estrés, ansiedad o depresión pueden recurrir al juego en línea como una forma de escape, lo que aumenta su vulnerabilidad.
Por un lado es fundamental un marco regulatorio integral para la identificación, prevención, y mitigación de la ciberludopatía, para evitar la gravedad de esta problemática y proteger a los jóvenes de la adicción que genera el juego online.
Además es importante la prohibición de acciones de fomento y publicidad de cualquier producto o juegos en línea, que generalmente es llevada adelante por influencers y reconocidos.
La educación sobre los riesgos del juego en línea y la promoción de un uso responsable de la tecnología son fundamentales para la prevención. Esto incluye brindar información sobre las consecuencias negativas del juego compulsivo y fomentar hábitos de juego saludables desde una edad temprana.
La ciberludopatía es una realidad preocupante en nuestra sociedad digitalizada, pero con conciencia, regulación adecuada y apoyo comunitario, podemos trabajar juntos para abordar este problema y ayudar a aquellos que luchan contra esta adicción a recuperar el control sobre sus vidas.