Comienza el Cruce de Los Andes…
El 17 de enero de 1817 es la fecha aceptada como el inicio de la campaña libertadora del Ejército de los Andes que consolidó la independencia definitiva de la Argentina, de Chile y del Perú, cuya proeza comenzó con el cruce de la segunda cordillera más alta del planeta, un esfuerzo político y militar comparable a las cuatro batallas contra los realistas que dieron gloria a los soldados y a su jefe, el general José de San Martín.
Antes del cruce San Martín llevó a cabo una “guerra de zapa”.
¿Qué es eso? Hacer maniobras de distracción para desorientar a sus enemigos. Difundió rumores señalando fechas erróneas acerca de la partida de su tropa, y sobre todo del lugar por donde se efectuaría el pasaje. Así, consiguió dividir las fuerzas del enemigo y mantener a salvo sus columnas mayores.
Todavía hoy impresiona ver esa inmensa mole de piedra y nieve que nos separa de Chile. Su altura media ronda los 4.000 metros, alberga los volcanes más altos del planeta y al imponente Aconcagua, con sus 6.960 metros de altura.
Se extiende desde la isla de los Estados, en el sur, hasta casi el Mar Caribe, en el norte.
Es una gran barrera que se formó hace millones de años como consecuencia del movimiento de las placas tectónicas.
Por allí, con cinco mil hombres a cargo, pertrechos militares, animales, cañones y provisiones se atrevió a pasar San Martín en los meses de enero y febrero de 1817.
Decidió atravesar la cordillera por varios pasos (Uspallata, Los Patos, Guana, Comecaballos, Planchón y El Portillo) para despistar al enemigo.
La tropa estaba compuesta por cuatro mil soldados y mil quinientos milicianos, 10.600 mulas de silla y de carga 1.600 caballos además de 700 reses. Las temperaturas en la Cordillera iban desde 30 grados durante el día hasta diez grados bajo cero a la noche.
El plan era que las columnas centrales cortaran las fuerzas realistas en dos, y que las secundarias tomaran pequeños pueblos y consiguieran la adhesión de la población.
Se llevaron víveres para 15 días: charqui (carne seca), harina de maíz tostada, galletas, cebolla, ajo, queso, ají picante, vino y aguardiente, a razón de una botella diaria por hombre.
El cruce estuvo rodeado de peligros. En primer lugar, la amenaza de caer en el abismo ya que muchos animales se precipitaron por el exceso de peso y las irregularidades del terreno. El clima también fue inclemente y otro peligro radicaba en el apunamiento por la altura.
Luego de cruzar los Andes, las tropas de San Martín enfrentaron a las realistas el 12 de febrero de 1817 en la Cuesta de Chacabuco. Fue una batalla dura que, aunque tuvo un desarrollo rápido, produjo muchas bajas con victoria total para el bando patriota.
El gobernador de Chile, Francisco Marcó del Pont, no tuvo más remedio que abandonar la capital, Santiago, que cayó en manos de los vencedores. Los realistas dejaron 500 muertos sobre el campo de batalla y los patriotas apenas doce.