Día de la Medicina Social.
René Gerónimo Favaloro. Sin lugar a dudas es uno de los médicos más recordados y prestigiosos que haya dado la Argentina. Este 12 de julio hubiera cumplido 95 años.
Nació en 1923 y murió el 20 de julio de 2000, cuando decidió quitarse la vida agoviado por deudas que tenía su fundación.
Fue docente, cirujano de tórax, creador de la técnica del by pass aorto-coronario o cirugía de revascularización miocárdica, trabajo que le otorgó gran prestigio internacional, pues el procedimiento cambió radicalmente la historia de la enfermedad coronaria.
Fue en su juventud médico rural en la localidad pampeana de Jacinto Arauz, donde realizó una importantísima tarea de prevención y difusión que llevó a una reducción drástica de la mortalidad infantil en la zona de influencia.
Desde 2002 y como forma de homenajear a Favarolo se decidió declarar la fecha de su natalicio como Día de la Medicina Social en Argentina. Es la medicina que pone el foco en el paciente y en su entorno.
Hijo de un carpintero y de una modista, René Favaloro vivió una infancia pobre en el El Mondongo, un barrio de inmigrantes. De su padre a través de la carpintería logró una sorprendente habilidad manual.
En 1949 se graduó como médico en la Universidad Nacional de La Plata. Para él, la medicina era un apostolado, tal como la consideraban los maestros griegos. En 1950 se radicó en Jacinto Aráuz, un perdido pueblito de La Pampa, donde ejerció durante 12 años. Se integró con los lugareños, lo que le permitió ir descubriendo las profundas necesidades sanitarias de su pueblo. Casado con María Antonia, su novia de la escuela secundaria, Favaloro pasó a ser en ese rincón pampeano el médico de todos.
Creador de la Fundación Favaloro, René fue también creador de la Universidad Favaloro y del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular. Integrante de la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas, fue autor de «Tratamiento quirúrgico de la arteriosclerosis coronaria», «Recuerdos de un médico rural»,»¿Conoce usted a San Martín?», «La memoria de Guayaquil», «De La Pampa a los Estados Unidos», «Recuperando lo invisible: conversaciones sobre cultura», «El milagro y el valor de la vida», etc.
Deprimido por las deudas contraídas por su Fundación, afectada por el colapso económico del país y la cesación de pagos del Estado y las obras sociales, pidió ayuda a las autoridades, dirigiendo personalmente una carta al entonces presidente de la Nación Fernando de la Rúa, que nunca fue leída, en la que expresaba su cansancio de «ser un mendigo en mi propio país».
Al no tener respuesta y al ser otra víctima de la corrupción que existía en el PAMI en esa época cuando le reclamaban «retornos» para «saldarle la deuda», actuó convencido de que la sociedad argentina necesitaba de su muerte «para tomar conciencia de los problemas en que está envuelta», el 29 de julio del 2000 acabó con su vida. Se disparó un tiro al corazón.