Día de la Seguridad Vial.
El 10 de junio de 1945, se modificó en Argentina el sentido del tránsito que, hasta ese momento, se hacía por izquierda, como en Inglaterra.
A partir de entonces, comenzó a hacerse por la derecha, como en la mayoría de los países, y tal como rige en la actualidad.
Este día está dedicado a promover la educación vial como estrategia para reducir los accidentes de tránsito, causa importante de morbimortalidad.
Dicha estrategia comprende el conocimiento de normas y señales de circulación y el desarrollo de actitudes y prácticas de prevención de accidentes.
En este camino se encuentra la labor de las «Estrellas Amarillas». Esta ONG, que ha transformado el dolor en amor, lleva adelante campañas de concientización, de tal manera que se maneje con cuidado, prudencia y respetando las normas de tránsito.
Cada vez más, en calles, avenidas y rutas argentinas nos cruzamos con la imagen de una estrella amarilla. Puede estar pintada sobre el pavimento o dibujada en un cartel al lado del camino. Llevar un nombre y una fecha o ser una señal anónima. No todos, sin embargo, conocemos su significado.
Las estrellas señalan el lugar donde se produjo un siniestro vial en el que alguien perdió la vida. Detrás de cada una, hay padres que lloran a un hijo, hijos que se quedaron sin padres. Amigos que extrañan la presencia de quien ya no va a volver.
Más de 5.000 personas mueren cada año en el país a causa de los incidentes de tránsito, que son a la vez la principal causa de muerte en jóvenes.
La Argentina ocupa el primer lugar en el ranking de muertes por incidentes de tránsito en las rutas, de acuerdo con una estadística internacional que incluye a 38 países de todos los continentes, y que alumbra una situación alarmante en el país.
El relevamiento fue realizado por el Foro Internacional del Transporte (ITF, por sus siglas en inglés), que depende de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Según esas cifras, las rutas menos peligrosas son las de Suecia, que tiene 2,7 muertos por año por cada 100.000 habitantes.
Un dato no menor es que, en la Argentina, los conductores de 17 a 30 años son los más proclives a causar incidentes viales, siendo protagonistas en casi la mitad de los siniestros (43,7%).