Día de San Martín de Tours – Patrono de la Ciudad
San Martín es patrón de Francia y Hungría también de la Ciudad de Buenos Aires, donde nació el Papa Francisco.
El 20 de octubre de 1580, pocos meses después de la fundación de la Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María del Buen Ayre, su fundador, don Juan de Garay dispuso dar a la ciudad un patrono, como era costumbre entonces.
Cumpliendo con una antigua tradición, don Juan de Garay y los primeros miembros del cabildo, unos días después de fundada la Ciudad, el 20 de octubre de 1580, se reunieron para darle un santo como Protector y Patrono.
La suerte recayó en San Martín. La leyenda cuenta que tiempo después fue pasando de boca en boca hasta el día de hoy es que los vecinos, al ver el nombre de un “santo francés”, se negaron a que fuera protector de una ciudad de las colonias españolas. Reiteraron la elección, y por tres veces salió el mismo nombre, considerando de esa forma que era Dios mismo quien quería ese santo patronazgo.
Tras una votación, fue elegido el Apóstol de las Galias, San Martín de Tours.
Desde entonces, el 11 de noviembre, día de la conmemoración litúrgica del santo, la capital de la Argentina rinde culto especial a su patrono.
San Martín, obispo de Tours, fue un pastor, monje y apóstol de las Galias (actual Francia), que había nacido en 316 en Pannonia, un territorio que era parte del Imperio Romano y que hoy pertenece a Hungría.
Hijo de un oficial del Ejército, se enroló de joven en la caballería imperial y, ya como soldado, comenzó su catecumenado para bautizarse cristiano.
La leyenda más famosa en torno a su vida sucedería en el invierno de 337, cuando estando Martín en Amiens encuentra cerca de la puerta de la ciudad un mendigo tiritando de frío, a quien da la mitad de su capa, pues la otra mitad pertenece al ejército romano en que sirve.
Algunos de los presentes se burlaron al verle vestido en forma tan ridícula, pero otros quedaron avergonzados de no haber socorrido al mendigo.
En la noche siguiente, Jesús se le aparece vestido con la media capa para agradecerle su gesto y oyó que le decía: «Martín, aunque sólo eres catecúmeno, me cubriste con tu manto». Esta es la escena que iconográficamente se ha preferido para su representación.
Este episodio hay que colocarlo en el período de vida militar, porque a los 18 años recibió el bautismo y abandonó la milicia para seguir a san Hilario de Poitiers, su maestro que lo ordenó sacerdote.
La mitad del manto que compartió con el pobre de Amiens, se conserva celosamente en una capilla. Al custodio de la capilla se llama «capellán», sin serlo, porque es el protector de la capa del obispo de Tours.
En el año 370 es nombrado obispo de Tours. Su vida pastoral se caracterizó por la evangelización y la lucha contra las costumbres paganas. Perseguía las teorías del gnosticismo y maniqueísmo de Prisciliano.
Martín tuvo una revelación acerca de su muerte y la predijo a sus discípulos, los cuales le rogaron con lágrimas en los ojos que no los abandonase. Entonces el santo oró así: «Señor, si tu pueblo me necesita todavía, estoy dispuesto a seguir trabajando. Que se haga tu voluntad». Cuando le sobrecogió la última enfermedad, San Martín se hallaba en un rincón remoto de su diócesis.
Falleció en Candes en el 8 de noviembre del 397. Su vida la escribió Sulpicio Severo probablemente ese mismo año. Es uno de los elementos que contribuyen fuertemente a difundir su devoción y presencia en la cultura popular.