Día del Militante Peronista.
Perón decidió regresar después de mas de 17 años de exilio.
Sus compañeros en Buenos Aires decidieron, frente a las amenazas de los sectores más gorilas de las fuerzas armadas de hacer estallar en el aire el avión que trasladara al líder, formar una comitiva de notables para ir a buscar al general a Madrid en un avión charter fletado especialmente.
Fue el vuelo 3584 de Alitalia el que trasladó a los 154 pasajeros entre los que se contaban, además de Perón, su esposa Isabel y su secretario José López Rega; Héctor Cámpora, Raúl Lastiri, Carlos Saúl Menem, Antonio Cafiero, Guido Di Tella, Lorenzo Miguel, el padre Carlos Mugica, Leonardo Favio, Sergio Villarroel, Vicente Solano Lima, Ricardo Obregón Cano, el boxeador Abel Cachazú, Chunchuna Villafañe, José San Filippo, Juan Carlos Gene, Marilina Ross, Oscar Bidegain, Deolindo Bittel, el sacerdote Jorge Vernazza, Raúl Matera, José Rodríguez, Rodolfo Ortega Peña, Marta Lynch, Eduardo Luis Duhalde, Jorge Taiana, Nilda Garré, el cardiocirujano Miguel Bellizi y Alfredo Gómez Morales.
El día previo a la llegada del líder, la dictadura de Lanusse, rodeó el aeropuerto de Ezeiza para impedir que sus partidarios pudieran acercarse a recibirlo.
Pero a pesar de la brutal represión y de la intensa lluvia, miles de militantes peronistas se acercaron todo lo que pudieron a la terminal aérea y se produjeron movilizaciones de recepción en todos los rincones del país.
El 17 de noviembre de 1972, en la que es considerada una de las movilizaciones más grandes de la historia argentina, una marea humana se movilizó para recibir a su líder.
Bajo la lluvia, se lanzó a las calles para intentar llegar a Ezeiza. Treinta y cinco mil soldados del ejército, apoyados por la policía, cercaron el aeropuerto e hicieron imposible la llegada de los militantes.
Tras 15 horas de vuelo desde Roma, incluida una escala en Dakar, a las 12.20 del mediodía, el DC-8 de Perón aterrizó en la patria.
Fue recibido entre otros, por el secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, quien lo cubrió con su paraguas.
Argumentando razones de seguridad, Perón fue retenido en el Hotel de Ezeiza, hasta las primeras horas del día 18, cuando fue autorizado a trasladarse hasta la residencia que el Partido Justicialista había adquirido en la calle Gaspar Campos en el partido bonaerense de Vicente Lopez.
Millones de argentinos seguían los hechos por la radio y la televisión. Los sentimientos iban desde el llanto y la emoción, hasta el pánico. Unos celebraban eufóricos el ansiado aterrizaje y otros maldecían el momento.
Permaneció en Buenos Aires solo 29 días y volvió a irse a España, de donde retornó definitivamente el 20 de junio de 1973, de la mano del presidente justicialista electo Héctor Cámpora, quien luego reuniciaría a su cargo para llamar a elecciones y permitirle a Perón acceder a su tercera y última Presidencia.
Perón triunfaría acompañado por su esposa, «Isabelita», en los comicios de septiembre.
Gobernaría hasta su muerte, el 1 de julio de 1974.
La «primavera peronista» duró poco: en marzo de 1976, los militares volvían a tomar el poder con el que es el último golpe de Estado que vivió la Argentina.