Día del Murguero.
El Día del Murguero, o del Murguista, más que una celebración, es un acto de resistencia, un pedido de justicia por una historia más de impunidad en nuestro país.
El Día del Murguero es otro día en el calendario nacional que nos pertenece a todos aquellos que queremos recordar la memoria, en este caso, de tres jóvenes comprometidos asesinados por manos poderosas.
Un 18 de diciembre de 1999, en Mendoza, en pleno festival callejero, Pablo, Gamuza y Cofia, murguistas mendocinos, murieron atropellados por un automóvil que no quiso tolerar sus expresiones. Su conductor, un asesino hijo del poder, después de tantos años y de tantos pedidos de justicia sigue caminando impunemente por las calles.
Pablo, Gamuza y Cofia fueron y siguen siendo cada uno de nosotros, cada uno de esos locos murguistas que buscamos recuperar la alegría y los ritmos del carnaval para cambiar la realidad en la que vivimos. Siguen siendo también todos esos jóvenes castigados y silenciados en los márgenes de esta sociedad. Y siguen siendo todos esos pibes que permanentemente sienten el asedio de la policía represora y los prejuicios de muchos sectores sociales que descalifican y excluyen estas expresiones populares.
Eran murgueros (o murguistas). Tomaban las calles compartiendo su alegría, sus ritmos, sus pasiones. Contaban y cantaban sus historias, las de sus barrios, las de su gente, sintiéndose parte de un sueño colectivo que debería pertenecernos a todos por igual.