Día del Sello Postal.
Esta celebración se inició en Austria en el año 1935.
La fecha del 7 de enero coincide con el aniversario de Heinrich von Stephan (1831-1897), director general de correos del Imperio alemán, que en 1874 convocó al primer Congreso internacional de oficinas postales en Berna, Suiza, en el que 22 estados crearon la Unión Postal Universal.
En 1937 la Federación Internacional de Filatelia anunció el 7 de enero como Día Mundial del Sello Postal.
Sin embargo, desde 1938 los miembros de la FIP pueden crear su propia fecha límite para la celebración del Día del Sello.
La estampilla, sello postal o timbre es un pequeño papel rectangular o cuadrado que se pega en los sobres y sirve como comprobante del pago previo de los envíos efectuados por correo.
El 6 de mayo del año 1840 se puso en circulación el primer sello postal del mundo, el famoso Penny Black de la Reina Victoria.
Porque detrás de este pequeño trozo de papel hay una historia que comienza en el año 1935 cuando el profesor inglés Rowland Hill, que viajaba por Escocia se dispuso a descansar en una posada. Frente a el calor de la chimenea, vio ingresar a un cartero que entregó una misiva a una mujer.
Ella tomó la carta en sus manos, la examinó atentamente y la devolvió al cartero alegando: «Como somos bastante pobres no podemos pagar el importe de la carta, por lo que le ruego que la devuelva al remitente».
Al oír esto, Hill se dirigió al cartero y se ofreció a pagar la media corona que costaba la carta, para que la mujer no se quedara sin aquellas palabras o noticias destinadas a su persona.
La posadera, recogió la carta y la dejó sobre una mesa sin preocuparse en absoluto de su contenido.
Luego, se volvió al generoso huésped y le dijo con amabilidad:
«Señor, le agradezco de veras el detalle que ha tenido de pagar el importe de la carta. Soy pobre, pero no tanto como para no poder pagar ese coste. Si no lo hice, fue porque dentro no hay nada escrito, sólo la dirección».
«Mi familia vive a mucha distancia y para saber que estamos bien nos escribimos cartas, pero teniendo cuidado de que cada línea de la dirección esté escrita por diferente mano. Si aparece la letra de todos, significa que todos están bien. Una vez examinada la dirección de la carta la devolvemos al cartero diciendo que no podemos pagarla y así tenemos noticias unos de otros sin que nos cueste un penique».
Esta anécdota, con diversas variantes, ha sido narrada y escrita en distintos medios. Sin embargo, Eugène Vaillé en su Histoire du Timbre-Poste 1947 afirma que esta historia ha sido desmentida por el propio Hill en sus Memorias.
Verdad o no, fue la propulsora de una reforma que cambiaría las normas del Correo. Ya que Hill habría escrito un folleto en que proponía el franqueo previo de la correspondencia. El folleto de Hill, titulado Post Office Reform, tuvo como resultado la designación de un comité de la Cámara de los Comunes.
Este comité informó favorablemente la proposición de Rowland Hill y en 1839 se dictó una providencia que autorizaba al Tesoro para fijar los tipos de franqueo postal y regular el modo de percibir su importe previo.
De lo que se desprendió que los sobres timbrados (los primeros con un valor de 1 y 2 peniques) y los sellos adhesivos los emitiría el Gobierno.
Del grabado de los sellos se encargó la casa Perkins, Bacon and Petch, sobre dibujos del propio Hill, donde se decretó que los sellos se pondrían en circulación el día 6 de mayo del año 1840.
Y Así nace el primer sello postal del mundo: el famoso Penny Black de la Reina Victoria, sobre un dibujo de Hill.
La primera estampilla de nuestro país, comenzó a circular un 21 de agosto de 1856, en la provincia de Corrientes.
El sello fue diseñado por un inmigrante francés, Matías Pipet, quien fue también el grabador de la única plancha en la que fueron impresos las diecisiete emisiones, lanzadas hasta 1880, año en que fueron nacionalizados los servicios postales. La estampilla tenia la efigie de la diosa Ceres , nombre latino de la deidad de la agricultura.
El Sello había sido encomendado a Pipet, por el Dr Juan Pujol, por entonces Gobernador de Corrientes, quien trajo la idea del timbrado postal, de un viaje que había realizado por Europa.
Al regresar de su viaje, el Dr Juan Pujol, estableció el timbrado postal en Corrientes.
En el año 1956, con motivo de los 100 años del primer sello Argentino, el Correo realizó una emisión conmemorativa en homenaje a Pujol, quién fuera el creador e impulsor de la idea del timbrado postal en la Argentina.
En homenaje a la impresión de este primer sello, en el año 1953, el primer Congreso Argentino de Filatelia, instituyó el 21 de agosto como Día del Filatelista Argentino.
En el años 2006 al conmemorarse los 150 años del sello postal de la diosa Ceres, el correo oficial de la República Argentina, emitió una hoja block. Según cita la información en la pagina oficial de Filatelia Argentina.