Día Internacional de la Conciencia.
La Asamblea General de las Naciones Unidas decidió en 2019 declarar el 5 de abril Día Internacional de la Conciencia.
Aunque pueda parecer algo abstracto o difuso, lo que se pretende con esta efeméride es promover concretamente una conciencia global en el mundo, mucho más allá de acuerdos políticos o económicos.
Conciencia global de la que todas las personas somos partícipes. Porque la conciencia colectiva es lo que fragua en todas y cada una de nosotras.
Se dice en el preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que el desconocimiento y el menosprecio de esos derechos originan los ultrajantes actos de barbarie de la humanidad.
Y el artículo primero de dicha declaración, nos recuerda que «todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos y que, dotados como estamos de razón y conciencia, debemos comportarnos fraternalmente unos con otros».
En un contexto de polarización creciente, no deberíamos olvidar que, del mismo modo que la violencia nace en la mente y el corazón, la paz sólo puede nacer y crecer desde la mente y el corazón de las personas.
Por eso es imprescindible crear una Cultura de Paz. Una cultura que incluye valores, actitudes y conductas que generen interacciones e intercambios sociales basados en la justicia, la libertad, la democracia y la fraternidad.
Porque solo desde el rechazo de la violencia se pueden prevenir los conflictos.
Solo mediante el diálogo y la negociación se puede garantizar el pleno ejercicio de los derechos. Solo desde el profundo respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos, sin hacer distinción de ningún tipo entre unas personas y otras, podremos llamarnos humanos.
Hoy tenemos un buen motivo para reflexionar sobre nosotros mismos. Podríamos empezar por preguntarnos qué actos hacemos cada día en nuestra vida cotidiana. Y revisar si son actos que ayudan a crear una cultura de paz o si, por el contrario, son actos que polarizan, deshumanizan a otros, generan enfrentamiento o violencia, por pequeña que esta parezca.
Por acción, o por omisión, todos nuestros actos empujan en una u otra dirección. Nunca son neutros. Aunque no hayamos tomado conciencia de ello. Hasta hoy.