Día Internacional de la Conciencia.
El preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos afirma que “el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias”.
Asimismo, el artículo 1 de la Declaración nos recuerda que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
La tarea de las Naciones Unidas de preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra exige la transformación hacia una cultura de paz, que consiste en valores, actitudes y conductas que plasman y suscitan interacciones e intercambios sociales basados en los principios de libertad, Justicia y democracia, derechos humanos, la tolerancia y solidaridad. En definitiva, principios que rechazan la violencia y procuran prevenir los conflictos mediante el diálogo y la negociación y que garantizan el pleno ejercicio de todos los derechos y proporcionan los medios para participar plenamente en el proceso de desarrollo de su sociedad.
Consciente de la necesidad de crear condiciones de estabilidad y bienestar y relaciones pacíficas y amistosas basadas en el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión, las Naciones Unidas declaran el 5 de abril Día Internacional de la Conciencia.
La Asamblea General invita a todos los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de la ONU y otras organizaciones internacionales y regionales, así como al sector privado y la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales y los particulares, a que fomenten la Cultura de Paz con Amor y Conciencia.
Todo ello de conformidad con la cultura y otras circunstancias o costumbres pertinentes de sus comunidades locales, nacionales y regionales, entre otras cosas, mediante una educación de calidad y actividades de concienciación pública, y que fomenten así el desarrollo sostenible.