Día Internacional de la Dislexia.
Se observó en pacientes estudiados que el flujo cerebral es menor en áreas que están implicadas en el proceso de la lectura, como ser las circunvoluciones frontal inferior izquierda, parieto temporal y occipito-temporal.
En lo que respecta a los síntomas, los chicos disléxicos no pueden leer o lo hacen mal – presentando repeticiones, adiciones o sustituciones – les cuesta copiar del pizarrón, necesitan siempre más tiempo, no comprenden lo que lee, les cuesta escribir y tienen mala ortografía.
Entre los chicos de 0 a 5 años el diagnóstico generalmente es retrospectivo. Se valoran los antecedentes de dislexia en la familia, si hay dificultad para entender las rimas de canciones o la ausencia de conciencia fonológica.
Desde los 5 y hasta los 9 años, los niños presentan serios problemas para aprender a leer, escriben en espejo, les cuesta copiar sin errores del pizarrón y cometen faltas de ortografía.
Por su parte, de los 9 a los 12, los chicos tienen errores de ortografía, bajo rendimiento académico, principalmente al demostrar conocimientos por escrito, y tienen dificultad para aprender lenguas extranjeras. Después de los 12 escriben con errores de ortografía, presentan bajo rendimiento académico, no comprenden lo que leen y se distraen con facilidad, además de tener dificultad para planificar y presentar cuadros de baja autoestima.
La persona con dislexia presenta en general un coeficiente normal o superior y no tiene alteraciones neurológicas o madurativas asociadas. El problema principal es que en general los disléxicos tienen un coeficiente intelectual normal pero no lo pueden utilizar, entonces se frustran, bajan su autoestima y abandonan lo que hacen, entrando en un círculo vicioso.
Si bien no hay una cura para esta condición, los pacientes con dislexia pueden tener éxito en los estudios y un desarrollo normal con las herramientas adecuadas.