Día Internacional de la Enfermedad de Behçet.
El 20 de mayo nos unimos a la conmemoración de una enfermedad rara, crónica y no contagiosa que afecta a miles de personas en el mundo: la Enfermedad de Behçet o Síndrome de Behçet, descubierta en el año 1937 por el doctor Hulusi Behçet.
Con la finalidad de concienciar a la población, divulgar información sobre esta patología y apoyar a las personas que la padecen, se celebra el Día Internacional de la Enfermedad de Behçet. Asimismo, se reconoce la labor de organismos y asociaciones dedicadas a la investigación científica, sobre las causas y tratamiento de esta enfermedad.
La Enfermedad de Behçet es una enfermedad multisistémica y crónica de origen desconocido, que puede generar complicaciones oculares, neurológicas, dermatológicas y arteriales.
Los factores de riesgo de la enfermedad están asociados con ciertos rasgos genéticos, afectando principalmente a hombres y mujeres entre los 20 y 30 años de edad, que habiten en países del Medio Oriente y Asia Oriental.
Algunos síntomas de esta enfermedad son los siguientes:
- Úlceras bucales dolorosas y recurrentes, similares a las aftas.
- Erupciones y lesiones en la piel, parecidos al acné. Presencia de nódulos dolorosos y enrojecidos, ubicados especialmente en la parte inferior de las piernas.
- Inflamación recurrente en los ojos (uveitis), causando visión borrosa, enrojecimiento y dolor. En caso de complicación extrema puede generar ceguera.
- Dolor e inflamación de las articulaciones, afectando principalmente las rodillas.
- Presencia de úlceras dolorosas en el escroto o la vulva.
- Dolor abdominal, diarrea y sangrado.
- Inflamación en el cerebro, causando dolor de cabeza, desorientación, fiebre, falta de equilibrio.
- Inflamación de venas y arterias, generando dolor, enrojecimiento e hinchazón en brazos y piernas.
En lo concerniente al tratamiento para prevenir o disminuir los efectos de esta enfermedad, dependerá de las manifestaciones clínicas en cada paciente.
Se recomienda acudir regularmente al oftalmólogo, así como seguir las indicaciones médicas para el dolor y la inflamación, tales como la aplicación de corticosteroides tópicos e inmunosupresores.